Sigilosos
Se desconoce el destino de los documentos históricos de los siglos XVIII y XIX que pertenecieron a la Catedral Metropolitana.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que dirige Diego Prieto, ha guardado silencio sobre la resolución emitida por la Fiscalía General de la República sobre la denuncia interpuesta para determinar el destino de los documentos históricos de los siglos XVIII y XIX, que pertenecieron a la Catedral Metropolitana y que, como reveló Excélsior (13/07/2020), estuvieron a punto de subastarse el 21 de julio de 2020.
En aquel momento, los expertos detallaron que los documentos –microfilmados en los años 60–, durante las últimas décadas fueron extraídos de forma ilegal del archivo catedralicio e integrados, de forma poco clara, a la Colección y Biblioteca
Backal, por lo cual se esperaría que fueran devueltos a la Catedral. Días después, en el comunicado 246, el INAH aseguró tener conocimiento del caso desde el 6 de julio y que, luego de elaborar un dictamen en materia de registros históricos, determinó que 15 manuscritos de aquel conjunto a subastar fueron elaborados entre los siglos XVIII y XIX en el Sagrario Metropolitano de la Catedral de la CDMX.
Según la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, aquellos documentos, que contienen los censos para conocer el padrón de los sujetos obligados al pago de diezmo, poseen la calidad de monumentos históricos.
En dicha demanda –que contó con argumentos técnicos de Thelma Mireya Mondragón, apoderada legal del INAH, y de Luis Alejandro Monroy, representante legal de la asociación religiosa Asunción Sagrario Metropolitano– se reconoció que los papeles antes citados eran producto de saqueos (expolios) de la Catedral y, por tanto, se trata de bienes históricos propiedad de la nación, por lo que, mientras se resolvía el caso, el INAH resguardaría los documentos.
Al parecer, el caso se resolvió desde septiembre de aquel año, y ahora se sabe que la FGR indicó que era improcedente reintegrar los manuscritos a la asociación religiosa, dado que se ignora en qué momento o cómo fueron sustraídos, tal como quedó asentado en la carpeta X/0000757/2020.
Además, dicho fallo se apoyó en la tesis jurisprudencial 279432, que indica que la Constitución no reconoce personalidad jurídica alguna a las agrupaciones religiosas denominadas iglesias, por tanto, no puede jurídicamente existir patrimonio de la iglesia, debido a que, no teniendo personalidad alguna, resultaría absurdo que hubiera propiedad sin propietario.
En este caso sería importante que el INAH aclare dónde resguarda dichos documentos y por qué asumió su tutela para no devolverlos a su sitio original.
Cierro con un apunte al margen: de nada sirve que Diego Prieto y el improvisado Pepe Romero se preocupen tanto por la venta de piezas prehispánicas en el extranjero cuando la incapacidad de defender el patrimonio está en casa. En fin. Me parece una pérdida de tiempo examinar el espectáculo de piedra y saliva de hace unos días en el Museo Nacional de Antropología, emergido desde el discurso oficial y cubierto por el manto de la libertad creativa.
Quizá el INAH debería contratar a Romero —a quien le podrían dar pronto el Fonca— para mejorar la vigilancia del “museo más seguro del país”, o asegurar sus glándulas salivales y, así, garantizar la restauración de miles de piezas prehispánicas.
LLUEVEN PIEDRAS
La mañana de ayer cayeron dos fragmentos de cornisa en el Patio de los Leones del Munal, que dirige Carmen Gaitán, los cuales se desprendieron de la zona del inmueble histórico en la que se realizan maniobras para instalar la velaria retráctil que, según Gaitán, está avalada por el INAH, Seduvi y el INBAL, para realizar “actividades culturales paralelas a las exposiciones". Esperamos el reporte oficial.
*Este espacio tomará un descanso en las siguientes semanas y volverá el 30 de abril.
