Ruptura tapatía

Los músicos solicitaron dialogar con Ricardo Villanueva Lomelí, rector de la U de G, pero sólo fueron recibidos por su secretario particular

La próxima semana se consumará el primer paso de la inexplicable desintegración de la Orquesta de Cámara Higinio Ruvalcaba de la Universidad de Guadalajara, emprendida por Igor Lozada, coordinador de Extensión y Difusión Cultural de la U de G, y Sergio Ramírez Cárdenas, coordinador de Producción y Difusión Musical, quienes ya convocaron a una audición el lunes 31 de enero.

En el papel, ambos insisten en que sólo se busca la “consolidación a nivel nacional” de la orquesta, pero al poner la lupa en las acciones emprendidas, brotan las inconsistencias. La más visible es que segregaron a los instrumentistas de más de 36 años que participaban en la agrupación, sin existir un criterio objetivo ni justificado, y pese a que solistas nacionales y extranjeros han avalado su trabajo y la calidad de su sonido.

El 19 de enero pregunté a Ignacio Dávalos, coordinador de Comunicación de la U de G, la base con la que se fijó el tope de 36 años a los próximos integrantes de la orquesta, y no en 40 o 45, pero hasta el momento no hay respuesta.

Otro detalle es que la audición se realizará sin la participación de los directores artísticos Vladimir Milchtein y Konstantin Zioumbilov (fundadores de la agrupación, en 2007), algo que parece irregular y poco profesional, a menos que también se aliste una nueva dirección, bajo otro criterio improvisado.

Y algo más: en la convocatoria y en las recientes comunicaciones emitidas por Música U de G a los atrilistas ya no aparece el nombre completo de la agrupación y sólo se lee: Orquesta de Cámara de la Universidad de Guadalajara, es decir, se suprimirá el Higinio Ruvalcaba.

Lo lamentable es que los músicos han solicitado dialogar con Ricardo Villanueva Lomelí, rector de la U de G, para externar sus dudas, pero sólo fueron recibidos por su secretario particular, quien les pidió “paciencia, porque tenemos muchos asuntos pendientes”. Lo cierto es que los afectados ya alistan una demanda.

FALTA DIPLOMACIA

Lourdes González Pérez, titular de Cultura de Jalisco, anunció el pasado 25 de enero la llegada de José Luis Castillo como titular de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), en sustitución de Jesús Medina. La prioridad, expresó la funcionaria en sus redes sociales, “será la calidad artística, así como sus vinculaciones con distintos públicos”.

El tiempo dirá si la llegada del también director artístico del Centro de Experimentación y Producción de Música Contemporánea (Cepromusic) del INBAL es un acierto o no. Sin embargo, no basta con renovar la cabeza de la orquesta, pues otra de las prioridades debería ser el finiquito de honorarios atrasados.

Como lo detallamos en este espacio hace dos semanas, la OFJ le adeuda dos mil 500 dólares (cerca de 50 mil pesos mexicanos) al violista húngaro Máté Szücs, desde marzo de 2020, por una serie de conciertos en México, sin que, hasta el momento, los directivos de la agrupación o de Cultura de Jalisco se hayan comunicado con el músico para revisar el caso. Para él, el problema no es el monto, sino la falta de compromiso de las autoridades del estado.

Quizá Lourdes González imagina que, al ser un artista foráneo, podría dejar el tema de lado. Lo que no ha considerado es que dicho impago podría convertirse en un asunto diplomático, ya que Szücs analiza llevar el caso a la embajada de Hungría en México.

Por otra parte, también es necesario que la titular informe sobre las compras realizadas sin autorización del comité técnico de la OFJ, que publique la nómina y los estados financieros de la orquesta, y que se instale una unidad de género que atienda las futuras denuncias de acoso, hostigamiento y agresión verbal, dado que es insuficiente renovar la batuta y prometer mejoras en los procesos administrativos.

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