Respiración artificial
Alumnos y académicos del Conservatorio Nacional de Música exigirán la designación de su nuevo director o podrían convocar a paro.
Alumnos y académicos del Conservatorio Nacional de Música (CNM), que reanudarán clases en septiembre próximo, exigirán a las autoridades culturales que aceleren el proceso para designar a su nuevo director. Sin embargo, en caso de que la decisión se prolongue de forma innecesaria, podrían convocar a un paro, ante las numerosas observaciones y deficiencias que exhibe la institución encabezada por el pianista David Rodríguez de la Peña.
Rodríguez de la Peña cumplirá 10 años al frente del Conservatorio el próximo mes –algo inédito desde mediados del siglo XX, cuando Blas Galindo ocupó la titularidad en el periodo 1947-1961–, luego de cubrir un periodo de cuatro años como director, seguidos de una reelección cuestionada y de dos años más de respiración artificial a causa de la pandemia.
En febrero, la Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas (SGEIA), que depende del INBAL, emitió la convocatoria para designar al titular del CNM para el periodo 2022-2026. Se abrió un lapso para recibir documentos y proyectos de cada postulante, se tramitó su registro y se definieron cuatro candidatos que cumplieron con los requisitos. Se trató del clarinetista Alejandro Moreno (aceptado por la comunidad estudiantil), los directores de orquesta Miguel Ángel Mendoza y Patricio Méndez, y del flautista Fernando Lipkau, candidato externo con poco conocimiento de la estructura administrativa.
Cada aspirante hizo una exposición pública de su proyecto en una sesión virtual ante la comunidad, siguieron los cuestionamientos y, a finales de abril, la SGEIA programó una entrevista con cada uno de ellos. Sin embargo, la designación nunca llegó.
Si bien en la convocatoria no se establece fecha límite para anunciar el veredicto, alumnos y profesores pensaron que la decisión llegaría antes de concluir el ciclo escolar pasado. Los focos rojos se encendieron el 28 de julio, durante la graduación de alumnos, cuando Rodríguez omitió despedirse y, al tomar la palabra, habló de sus proyectos
a futuro.
Alumnos y académicos aseguran que Rodríguez no puede continuar al frente de un Conservatorio en crisis, sin fondos para mejoras o trabajos mínimos de mantenimiento (en el inmueble diseñado por Mario Pani y declarado Monumento Artístico en 2012), sin becas suficientes, con instrumentos escasos y dañados, sin aulas ni baños dignos, con filtraciones de agua en varios espacios y un archivo histórico inaccesible.
A esto se suma un problema adicional: desde octubre de 2019, los ensambles y la Orquesta Sinfónica del Conservatorio no pueden usar el mítico auditorio Silvestre Revueltas después de las 16:00 horas, debido a desacuerdos entre el director y el personal de base, por lo que los alumnos deben ensayar en el salón 120, designado por la SGEIA, pese a que no cuenta con capacidad, ventilación ni acústica adecuada, tal como lo expresaron los estudiantes en una carta dirigida a Mónica Hernández Riquelme, titular de SGEIA, a Alejandra Frausto y a Lucina Jiménez, quienes han ignorado la solicitud. En suma, el Conservatorio vive entre el rezago y el caos.
Rodríguez de la Peña fue designado director del CNM en septiembre de 2012. Cuatro años después (Excélsior, 01/08/2016), parte de la comunidad académica pidió, por primera vez, su salida del cargo, tras señalar fallas en la administración, así como el constante deterioro de instalaciones, instrumentos y de su archivo histórico, el cual resguarda joyas sonoras de los siglos XIX y XX.
Ahora, académicos y estudiantes vuelven a la misma conclusión: urge un cambio de dirección. ¿Qué espera Lucina Jiménez para poner orden en la institución que vio en sus aulas a músicos como Julián Carrillo, Manuel M. Ponce, Silvestre Revueltas, Plácido Domingo y Mario Lavista?
