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Las pérdidas

Juan Carlos Talavera

Juan Carlos Talavera

Vórtice

Después de varios intentos por mantener el formato presencial de la 34 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el más importante foro librero de habla hispana, la pandemia impuso sus condiciones y ayer selló su destino al mundo virtual.

Sobra decir que no será lo mismo, porque dicha modalidad aniquila esa extraña mezcla de curiosidad, fascinación y adrenalina que logra la suma de libros y autores en esos pasillos alimentados por la delgada línea entre el pensamiento y los negocios.

Pero más allá de esto, lo que preocupa son las cifras. El propio presidente de la FIL, Raúl Padilla López, reconoció que el cambio de formato acarreará la pérdida de 24 a 28 millones de pesos, para ser recuperados hasta 2023. En ese panorama, la Cámara Nacional de la Industria Editorial (Caniem) reporta una caída del 30 por ciento en sus ventas… y apenas estamos en septiembre. Claro, sólo son cifras, pero la crisis del sector editorial se agudizará en los próximos seis meses y no se ve por ningún lado el apoyo de la Secretaría de Cultura federal que dirige Alejandra Frausto.

Un detalle curioso durante el anuncio de las autoridades de la FIL fue una declaración que Padilla dejó al calce: “Del gobierno federal no vamos a tener un centavo”. Imaginé que la SC federal le habría negado el apoyo de cinco millones de pesos que, en 2019, recibió a través del Profest —una incongruencia para quienes se inclinan por entregar esos montos a otros festivales—, pero, en una conversación con Pablo Raphael de la Madrid, director de Promoción y Festivales de la SC, me aseguró que más bien la FIL no participó en la convocatoria de este año.

Un caso distinto es el del Gran Remate de Libros de la CDMX que, suponemos, se canceló sin anuncio oficial de por medio y sin algún comentario de Guadalupe Lozada León, encargada del despacho de la SC de la Ciudad de México, quien ayer compareció ante el Congreso capitalino y sí se refirió al Gran Remate, pero al de 2019. Interesante.

Dicha comparecencia fue gris y aunque Lozada de León planteó un panorama positivo con escasos datos duros, no perfiló el impacto de la pandemia en la actividad cultural de la capital. Seguramente no es fácil, pero Lozada se vio limitada y poco informada sobre los temas que le fueron cuestionados. Ojalá que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, pronto tome una decisión sobre la cabeza de dicha dependencia, porque no debe ser fácil encargarse del despacho y mantener obligaciones como titular de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la capital.

Además, Lozada olvidó hacer referencia a temas vitales, como el volumen de eventos artísticos cancelados en 2020 o reprogramados a causa de la pandemia, no hizo guiño alguno al Proyecto Chapultepec y ni siquiera aportó detalles específicos sobre el Paseo de las Heroínas.

Tampoco abordó las manifestaciones impulsadas por el movimiento #NoVivimosDelAplauso, que sentaron a la mesa al exsecretario Alfonso Suárez del Real, quien ofreció una disculpa personal e institucional ante el atraso de pagos a artistas independientes. ¿No merecían una palabra en su informe?

Y ya ni hablar de la supuesta revisión o auditoría que la SC debió realizar a las empresas Viajes Premier y Zu Media. ¿Acaso perdimos la memoria?

APUNTE EFÍMERO

Y mientras esperamos que Paco Ignacio Taibo II y María Angelina Barona anuncien los detalles del festival virtual que suplirá a la FILIJ 2020, vemos que la pandemia también revela la peor cara de algunas empresas que, aprovechando la necesidad de los artistas, les exigen presentaciones y luego los dejan sin pago. Es el caso de Llumcreativa, de Héctor Ortiz, vinculada a la alcaldía Venustiano Carranza, quien solicitó el apoyo de 21 artistas y creativos que ha dejado sin pago, como denuncia la promotora cultural Mel Pacheco.

 

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