Inertes
El Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), clausurado desde abril pasado, ha enfrentado turbulencias
“¡Un museo cerrado es un museo muerto!”, vociferaba ayer una de las trabajadoras que protestaron afuera del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), espacio museográfico emblemático de la entidad que fue clausurado de forma abrupta desde abril pasado y que, durante casi un año, ha enfrentado todo tipo de turbulencias, desde impagos, falta de fondos y señalamientos por malos manejos, hasta declaraciones contradictorias, amenazas, promesas de pago incumplidas, el desalojo de trabajadores y una auditoría intrincada.
No es que exista un plazo para resolver la situación del museo, pero es tiempo de que la Asociación Civil Amigos del MACO A.C., encabezada por Rubén Leyva, finiquite los pagos pendientes de los trabajadores y que dé a conocer el diagnóstico de la situación financiera, administrativa y operativa del recinto. De lo contrario, pareciera que la organización apuesta por desgastar el museo y convertirlo en un paquidermo con Alzheimer.
Por supuesto que tiene razón la joven que ayer voceaba, con megáfono en mano, la exigencia de reabrir y sanear las cuentas del MACO. Mientras tanto, la asociación podría resolver algunas dudas. Por ejemplo, ¿de qué le sirve tener un espacio que no puede financiar ni operar?, ¿para qué mantener las instalaciones de un museo inerte?, ¿tiene alguna utilidad mantener en bodega la obra de Toledo, Tamayo y Nieto?, ¿quién se beneficia de esta inoperancia o es que se ha apostado por la extinción del MACO?
EL INAH, CALLADO
Hace unos días, Excélsior (08/12/2021) mostró las afectaciones principales que registra parte de la Pinacoteca y de la sacristía de la iglesia de San Felipe Neri, La Profesa, a 50 meses de los sismos de 2017.
Las autoridades ya han informado que el templo, que data del siglo XVIII, no registró daños. Sin embargo, las zonas afectadas preocupan ante la posibilidad de un nuevo sismo, aunado a la imposibilidad de abrir la Pinacoteca, que resguardan cerca de 300 obras de los siglos XVII, XVIII y XIX.
Entre éstas destacan obras pintadas por Cristóbal de Villalpando como Visión de Santa Teresa, Jacob bendiciendo a los hijos de José , El patriarca José entrado como visir, entre otras, a las que se suma el conjunto de piezas virreinales de Miguel Cabrera, José de Alcíbar, José de Páez y los hermanos
Rodríguez Juárez.
Desde septiembre de 2019, Salvador Camarena, coordinador operativo de la Oficina de Sismos del INAH, comentó que ya se trabajaba en el diagnóstico de daños de La Profesa; y, en septiembre pasado, aseguró que el proyecto estaba concluido y que el inmueble estaba a punto de ser intervenido, pero no sucedió.
El INAH y la Dirección de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura federal no se han cruzado de brazos ante las afectaciones. Ahí están los más de dos mil inmuebles que han intervenido a la fecha, pero en el caso de La Profesa extrañamente parece no haber prisa.
Al menos se esperaba que Diego Prieto, titular del INAH –siempre animado y vocinglero en sus discursos oficiales–, emitiera algún comunicado para responder al llamado de Luis Martín Cano Arenas, director y responsable de dicho templo, quien luce preocupado y sólo pide una cosa: “un calendario de acciones”. Pero nada, sólo el silencio.
DERRIBAN ESCULTURA
La mañana de ayer, un conductor alcoholizado derribó la estatua del poeta y periodista Ignacio Ramírez El Nigromante (1818-1879), ubicada sobre Paseo de la Reforma, a la altura de Av. de la República. José Alfonso Suárez del Real, jefe de la Oficina de Claudia Sheinbaum, comentó que el responsable fue detenido y que enfrentará un proceso jurídico. La escultura data de 1889 y será remitida al INAH para su restauración.
