Indiferencia

Trinidad Carreño fue una pintora mexicana del siglo XIX que intentó romper la brecha de género.

El nombre de Trinidad Carreño no suena mucho en la historia del arte mexicano. Sin embargo, es una de las pintoras del siglo XIX que viajaron al extranjero para formarse como artistas profesionales e intentó romper la brecha de género para ser una de las primeras creadoras en vender sus propios cuadros, lo cual era mal visto en la época.

De origen oaxaqueño, Trinidad fue a Europa en 1870, se asentó en España y, de acuerdo con los reportes, se sabe que trabajó como copista en el Museo del Prado. Simultáneamente, enviaba parte de su producción a la Academia de San Carlos para que se evaluara su crecimiento como artista. Incluso, existe el registro de que intentó vender 17 piezas de su autoría a la Academia, pero, por razones desconocidas, la adquisición no fue consumada.

La mala noticia es que de su amplio trabajo sólo se han ubicado tres piezas, una de las cuales está perdida, tal como lo descubrió Zyanya Ortega, curadora del Museo Nacional de San Carlos (MNSC), durante el proceso de investigación para la exposición Pintar en femenino: mujeres en el sistema artístico mexicano, 1846-1940, que permanecerá abierta hasta febrero de 2024.

Dos de las obras referidas están en la Facultad de Artes y Diseño (FAD), en su fondo de la Antigua Academia de San Carlos, las cuales no pudieron exhibirse en la citada muestra por cuestiones de conservación. Mientras que la tercera —un óleo de José María Morelos y Pavón que data de 1875 y debería estar en la Casa Natal de Morelos, en Morelia, Michoacán, que actualmente no tiene director— está perdida, porque un gobernador la solicitó para su despacho y aunque ya terminó su mandato… nunca la devolvió.

Entiendo que el problema haya pasado de largo hasta el momento, pero es tiempo de que Tamara Sosa Alanís y Roberto Enrique Monroy, titulares de Cultura y de Turismo de Michoacán, rastreen y exijan la devolución de la pieza de Carreño e informen públicamente cuando ésta sea recuperada. A menos que prefieran callar y seguir alimentando la indiferencia. ¿Cuántos acervos del país enfrentarán la misma suerte?

EN CONCRETO

El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos Mexicano), que encabeza Saúl Alcántara, ha sugerido a Sergio Salomón Céspedes, gobernador sustituto de Puebla; y a Eduardo Rivera, alcalde de Puebla, modificar el proyecto por 24 millones de pesos para convertir en

peatonal un tramo de la avenida 16 de Septiembre en dicha ciudad.

Por ejemplo, se ha propuesto el cambio de concreto hidráulico por concreto ecológico, dado que éste último facilita la filtración de agua de lluvia para recargar los mantos acuíferos, lo que se suma a la necesidad de bajar las temperaturas en espacios urbanos patrimoniales, que coadyuvaría a proteger el conjunto de edificios históricos y a mejorar la calidad de vida.

Icomos indica que, “en los últimos años, existe una intervención recurrente en muchos de los centros históricos (de México): el uso del concreto hidráulico estampado (elegido por su durabilidad), un material que ha sido usado de manera indiscriminada, cuyas secuelas en el medio ambiente son desconocidas” para muchos. Aunado a esto, insiste en que los funcionarios respeten el plan original que contemplaría la incorporación de árboles y macetas para mitigar los efectos del cambio climático. ¿Cuál es la postura actual de las autoridades poblanas?

Por otro lado, Alcántara lamentó ayer la alteración del exconvento del Desierto de los Leones, en la Ciudad de México, donde se instaló una velaria fija, anclada sobre áreas del recinto protegido, para la realización de una boda, programada para hoy, como reportó Iván Sosa (Reforma, 01/09/2023). Aquí el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene una obligación clara, pues se trata de un inmueble histórico del siglo XVI, pero hasta el momento ha callado. ¿Por qué?

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