Capilla británica
Se trata del único vestigio que se conserva del antiguo Panteón Inglés, establecido en lo que fueron las Huertas de San Cosme
Las autoridades culturales de la Ciudad de México olvidaron restaurar y recuperar el uso de la Capilla Británica, edificación de estilo barroco construida a base de cantera gris y tezontle rojo, que data del siglo XIX y se ubica entre la calle Virginia Fábregas y Circuito Interior, esquina con la Ribera de San Cosme, en la colonia San Rafael, a unos pasos de la Fábrica de Artes y Oficios
(Faro) Cosmos.
Se trata del único vestigio que se conserva del antiguo Panteón Inglés, establecido en 1824 en lo que fueron las Huertas de San Cosme. En este cementerio, donado por la autoridad local al Reino Unido, fueron sepultados algunos súbditos ingleses, como el pintor Daniel Thomas Egerton y su esposa. Más tarde, en 1908, se adaptó una capilla de estilo neocolonial.
Según los registros del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), este inmueble, que en sus orígenes estuvo dedicado al culto presbiteriano, forma parte de los monumentos inscritos en el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos, con número de declaratoria 08645. En 1970, el gobierno inglés devolvió el inmueble y el terreno a la CDMX, pero fue hasta 1980 cuando la Capilla Británica fue integrada al conjunto cultural Juan Ruiz de Alarcón, donde se realizaban conferencias, conciertos y exposiciones, como la que exhibió la escultora y pintora María Luisa Reid en 1989.
Sin embargo, desde hace ocho años dicho espacio cultural dejó de funcionar y hoy luce abandonado, con importantes daños en sus muros de cantera, en la herrería y visibles fisuras y grietas que se suman al crecimiento de flora parásita en las bajadas de agua, lo cual pone en riesgo inminente la integridad de este edificio histórico. Además, en un recorrido realizado hace unos días confirmé que una persona habita el inmueble, donde guarda escobas, cubetas y lava su ropa.
Todo esto a pesar de que el exdiputado, exsecretario de Cultura de la CDMX y actual titular en la Oficina de Enlace de México en Estrasburgo, José Alfonso Suárez del Real, prometió, desde 2017, que no se perdería la Capilla Británica como espacio cultural. La duda es simple: ¿por qué hasta hoy ninguna autoridad del sector ha trazado una ruta para recuperar este recinto que podría tener una importante sinergia con el Faro Cosmos? Tocará entonces a Claudia Curiel de Icaza, titular de Cultura de la Ciudad de México, atender esta omisión.
- RESCATAN MURALES
Esta semana, Lucina Jiménez, directora del INBAL, y Claudia Curiel anunciaron la restauración de un mural del artista mexicano Gilberto Aceves
Navarro y de tres piezas pictóricas del Teatro del Pueblo que presentaban distintos niveles de daño, como se expuso con antelación en esta columna.
El mural de Aceves Navarro, que lleva por título La guerra y la paz (1996), se ubica en la esquina de Eje 1 José Antonio Alzate y Santa María la Ribera, y desde hace tres años exhibía rayones, grafitis, humedad y clavado de varillas (Excélsior, 30/10/2021). En tanto que las piezas pictóricas La lucha de los obreros contra los monopolios, de
Pablo O’Higgins; Danzas populares. Historia del Teatro en México, del pintor Juan Campos W., y Los alimentos y el problema del obrero, de Antonio Pujol, registran deterioros por humedad, polvo,
desprendimientos parciales, pérdida de tonalidad y afloraciones salinas (Excélsior, 19/03/2022).
En ambos casos, las funcionarias llegan con retraso. Sin embargo, desde esta columna se reconoce que no dejaron estas restauraciones —iniciadas el pasado martes 13 de febrero y que tendrán una duración aproximada de cuatro meses— a la deriva en pleno año electoral. Ojalá que busquen la manera de visibilizar estos murales y elaboren materiales para comunicar, en redes sociales, la trascendencia de este patrimonio cultural.
