Basamento a la deriva

Los integrantes del Comaep acordaron que la Seduvi, la Sobse y el INAH trabajarían un proyecto de espacio público en la antigua Glorieta de Colón.

Reubicar el Conjunto Escultórico de Cristóbal Colón, elaborado por el francés Charles Cordier a finales del siglo XIX, es un tema postergado que las autoridades locales y federales han tirado sobre una mesa de ping-pong, sin responsables ni interesados en recuperar el basamento que dejaron a la deriva, pese a que cada día luce más dañado y, seguramente, requerirá una restauración más compleja y costosa.

Esto, a pesar de que la propia Valeria Valero Pié, coordinadora nacional de Monumentos Históricos del INAH, expuso ante el Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos de la Ciudad de México (Comaep), en diciembre de 2022, la importancia de retirar y restaurar la obra completa, como se lee en el acta de aquella sesión, donde dijo que “para el INAH, es importante que el basamento, así como los elementos asociados al monumento escultórico, puedan ser retirados de la glorieta para que el conjunto quede restaurado y, sobre todo, íntegro en el lugar donde se (re)ubicará”.

En aquella misma sesión, Saúl Alcántara, de Icomos México, explicó que no se podría comprender a los cuatro frailes y a Colón sin su basamento, incluyendo las rejas, las farolas…; incluso, pidió que se conformara un consejo consultivo para hallar una dialéctica entre la Joven de Amajac y la Antimonumenta.

Los integrantes del Comaep acordaron que la Seduvi, la Sobse y el INAH trabajarían un proyecto de espacio público en la antigua Glorieta de Colón, en el cual permanecieran tanto la Joven de Amajac, como la figura conocida como Antimonumenta, y se sugirió convocar a un concurso paisajístico para integrar ambos elementos.

Las protestas siguieron y, en junio 2023, se definió la reubicación de la Joven de Amajac e Inti Muñoz, extitular del Ordenamiento Urbano en la Seduvi, dijo al Comaep que, luego de un diálogo con los organismos y colectivos de mujeres activistas, “se acordó la posibilidad (de) que el basamento pueda ser trasladado e integrado con el antiguo monumento”.

Sin embargo, ha pasado más de un año desde entonces y el tema no ha sido abordado por el Comaep ni por alguna autoridad, lo que refleja un ejercicio de simple procrastinación y de falta de memoria por parte de las autoridades.

En un recuento acelerado, los últimos cuatro años del conjunto escultórico podría resumirse así: en octubre 2020, la autoridad local desmontó las esculturas de Colón y de los cuatro frailes (Pedro de Gante, Bartolomé de las Casas, Juan Pérez de Marchena y Diego de Deza), colocadas en su basamento desde 1877, para evitar que éstas fueran atacadas o derribadas.

Meses después, la entonces jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, pidió “una reflexión colectiva” sobre el tema y se sugirió la reubicación del conjunto (en el Parque América, aunque, luego de protestas vecinales, se propuso llevarlo al Museo del Virreinato, en Tepotzotlán) y, en su lugar, se colocaría una nueva escultura para honrar al mundo indígena.

Llegó entonces la propuesta del escultor Pedro Reyes, con su Tlali o Tlalli, la cual no prosperó, y dio paso a la réplica de la Joven de Amajac. Mientras tanto, en septiembre de 2021, diversas colectivas dedicadas a denunciar feminicidios ocuparon el basamento y colocaron la Antimonumenta o Justicia, figura metálica color violeta que evoca el perfil de una mujer en posición de protesta política.

El pasado 21 de agosto consulté a Ana Francis Mor, titular de la SC local, sobre la posibilidad de reubicar el conjunto escultórico. Ella me dijo que acompañó el proceso, como observadora, antes de que se colocara la Joven de Amajac, pero que necesitaba empaparse del tema. ¿Cuánto tiempo falta para resolver el destino de esta escultura que forma parte de la memoria histórica de la capital?

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