A la deriva

Existe un acuerdo con organismos y colectivos de activistas para sustituir el basamento del conjunto escultórico Cristóbal Colón.

Los integrantes del Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos de la CDMX (Comaep) lucen preocupados, aunque no sirva de mucho, por el estado que guarda el basamento del conjunto escultórico Cristóbal Colón, tal como se puede apreciar en el acta de su 15 sesión extraordinaria, de junio pasado, en la que reconocieron que existe un acuerdo con organismos y colectivos de activistas para sustituirlo “en algún momento”, lo cual evidencia que no existe una fecha límite para que esto se cumpla.

Mientras tanto, el pedestal enfrenta un deterioro severo que en algún punto podría ser irreversible o comprometer su integridad. Pese a todo, el INAH no ha difundido el diagnóstico de la pieza ni ha accedido a que el área responsable —que deberá resolver la erosión del monumento, la pulverización de la roca y el retiro de grafitis—  detalle las implicaciones de esta afectación.

En su oportunidad, Inti Muñoz, presidente suplente del Comaep, dijo que “ya existe un acuerdo que se mantiene en curso, resultado de complejas mesas de negociación, en las que se contó con la participación de las activistas, la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX y la Secretaría de Gobierno, donde se acordó la posibilidad de que el basamento pueda ser trasladado e integrado con el antiguo monumento a Cristóbal Colón”, pero sin fijar una fecha, debido a la complejidad política del tema.

Dicho documento también clarifica que fue la propia Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH la que sugirió la posibilidad de que la escultura se establezca en un espacio abierto dentro del convento en el Museo del Virreinato de Tepotzotlán. Por tanto, Diego Prieto, titular del INAH, tendría que explicar a la opinión pública los motivos académicos e históricos que consideraron para realizar esta propuesta, porque no sería prudente que la institución encargada de preservar la riqueza cultural de México haya optado por sepultar el conjunto por motivos no artísticos.

A esto se suma un hecho poco conocido: la propia Carmen Castro Barrera, coordinadora nacional de Conservación del INAH, reveló que, en un determinado tiempo, el espacio sugerido (en el Museo del Virreinato) podría no estar disponible, por lo que la sede podría modificarse.

Por último, el Comaep refirió la elaboración de un Plan Maestro Paisajístico del entorno de la exglorieta de Colón (hoy de las Mujeres que Luchan), a efecto de ordenar aspectos como la vialidad, la geometría urbanística y su arquitectura vegetal. Aunado a esto, es posible que el comité busque la accesibilidad peatonal a la rotonda, a partir de la adecuación de cruces peatonales, que podrían reavivar la polémica.

TOMAN BELLAS ARTES

La noche del 12 de octubre trabajadores sindicalizados (de las secciones SINAT-INBAL-227 y SNTC/INBAL/ATM) cerraron las puertas del Palacio de Bellas Artes, impidiendo el acceso del público al museo y a la tercera función de la ópera Florencia en el Amazonas, de Daniel Catán, bajo el señalamiento de corrupción y el impago de su ropa de trabajo.

Un día antes, el INBAL, que dirige Lucina Jiménez, informó que se había cumplido con la entrega de ropa de trabajo al personal de base, a excepción del año 2020, cuando fue declarada la emergencia sanitaria e indicó que para el ejercicio del año en curso, la dotación de ropa anual, que entregará en diciembre próximo, destinará  41 mdp, una cifra nada despreciable.

Tras el cierre, el INBAL emitió una disculpa pública, anunció la reprogramación de la función de ópera y reconoció que ambas fracciones sindicales, que agrupan a 300 de sus tres mil trabajadores de base, dañaron los derechos culturales de la ciudadanía. Aún embargo, les faltó explicar qué medidas tomarán para evitar futuras afectaciones.

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