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Rompan, desafíen, subviertan

Jorge Camargo

Jorge Camargo

 

Ordenar desobedecer las resoluciones de los juzgadores federales, es decir, del Poder Judicial Federal, implica un llamado a romper el orden constitucional. Sería equiparable a la sugerencia de Jair Bolsonaro al ejército a defender su inexistente triunfo o a una hipotética petición del presidente de una Cámara del Congreso a las Fuerzas Armadas a no cumplir las órdenes del Presidente mexicano.

Este último ejemplo es desproporcionado, pero trata de dimensionar la gravedad de las palabras de quien debe propiciar la tolerancia, la unidad nacional y respetar el Estado de derecho. Es preocupante, viniendo del titular del Poder Ejecutivo, porque instruye a sus subordinados, los encargados de la seguridad pública federal, a violar los mandatos judiciales. Y ellos sí son sujetos de enjuiciamiento.

Un demócrata fortalece la democracia, envía señales de que todos debemos respetarla. Ése es el piso sobre el que una nación se desarrolla.

Finge desconocer la división de poderes. Llama a los miembros de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana a cometer una cadena de delitos graves, y quien incurra en desacato a una orden de juez será llevado a prisión, alcanzando a la propia titular de la secretaría y a sus subalternos.

Se viola de facto el artículo 87 constitucional. Cualquier ciudadano puede presentar una denuncia en su contra, pero aun cuando ésta fue reformada para ampliar los delitos por los que puede ser imputado, la mayoría del partido de Estado en el Congreso lo hacen inviable, no así para los funcionarios que incumplan el mandato de la ley.

Militares y fiscales y sus superiores pueden ser destituidos y consignados directamente por incumplir un mandato judicial. Porque hay una coalición de servidores públicos.

Las palabras pueden interpretarse como órdenes. Se emprende una campaña de desprestigio contra la cadena Oxxo, de FEMSA, por un supuesto abuso en el consumo de energía en perjuicio de la CFE. Y cuando se realizan matanzas de civiles y desmanes del crimen organizado, se incendian esos establecimientos.

Las señales que se envían a los organismos supranacionales de derechos humanos y a los socios extranjeros, con los que firmamos cláusulas democráticas, es que en México el Presidente ordena desobedecer a los jueces de la democracia.

Por qué el jefe del Ejecutivo embiste al Poder Judicial y a los organismos autónomos. Por la razón de que cumplir las reglas de la democracia implica negociar, escuchar y a veces ceder para alcanzar un bien mayor que es el engrandecimiento de una nación. Él no escucha.

Debió ser el presidente chileno, el izquierdista Gabriel Boric, quien dio una lección de lo que es una ideología de izquierda democrática. No queda claro lo que Morena es, porque ni están todos los que son ni son todos los que están. Pero sí son visibles los miles de priistas que tienen el control territorial de ese partido.

Es importante el pronunciamiento hecho de inmediato por la Jufed, organización de los juzgadores federales que, preservando su imparcialidad, lamentó que se instruya a las autoridades del gobierno federal a desacatar las resoluciones, dado que su cumplimiento es de orden público, conforme a los artículos 17 y 107 fracción XVI de la Constitución.

Su incumplimiento injustificado da lugar a responsabilidad, tanto administrativa como penal; por lo tanto, el alentar tal actitud sobre las decisiones jurisdiccionales atenta contra la Constitución, la división de poderes y el Estado de derecho.

Reiteró su respaldo a los juzgadores, dada la tendencia de los gobernadores de Morena de armar campañas para denostarlos y afectar su independencia. Hoy se asesina a más mujeres y hombres con la permisividad oficial que en toda la historia moderna. De qué lado está el obradorismo

 

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