Las lecciones del Estado de México

La entidad había dejado de ser un bastión del PRI desde 2017, cuando Alfredo del Mazo ganó la gubernatura con 34.7% de votos y menos de tres puntos de ventaja sobre Delfina Gómez.

Éstas son algunas lecciones de los comicios del domingo pasado en Coahuila y el Estado de México. Delfina Gómez será la primera gobernadora del Estado de México y, a la vez, el primer gobierno de signo distinto al PRI en la entidad. Coahuila es ahora la única entidad del país donde el PRI nunca ha perdido el poder.

Las coaliciones siguen importando. Este año, Morena presentó una candidatura común en el Estado de México, pero no logró acordar una coalición en Coahuila. Una consecuencia fue que el margen de victoria de Delfina Gómez fue de 8.3 puntos porcentuales, mientras que el de Manolo Jiménez fue de 35.5.

El margen de victoria promedio de las 23 gubernaturas elegidas entre 2021 y 2023 ha sido de 16 puntos porcentuales. Las victorias más holgadas, con márgenes mayores a 30 puntos, se han observado en Quintana Roo, Coahuila, Oaxaca, Hidalgo y Querétaro. Las elecciones más reñidas, con márgenes menores a cinco puntos, han sido Campeche, Michoacán, San Luis Potosí y Guerrero.

Las coaliciones permiten que las contiendas sean más reñidas, pero no necesariamente garantizan el triunfo. Por ejemplo, es posible que el PRI pudiera retener Coahuila sin necesidad de una coalición, pero no había forma de hacer lo mismo en el Estado de México sin coalición.

El Estado de México había dejado de ser un bastión del PRI desde 2017, cuando Alfredo del Mazo ganó la gubernatura con 34.7% de votos y menos de tres puntos de ventaja sobre Delfina Gómez. En 2021, el PRI sólo consiguió 26.4% de votos para las diputaciones federales de la coalición opositora y este domingo su logotipo apenas consiguió 28% de votos. El PAN, por su parte, aportó 13.5 puntos en 2021 y 11.3 el domingo pasado. Alejandra del Moral consiguió 44.3% de votos, un nivel muy similar al 43.4% que había conseguido su coalición en 2021.

Como se ha dicho antes, las elecciones para gubernatura del Estado de México no suelen ser representativas de las tendencias del país, pero sí aportan lecciones importantes. Por ejemplo, si comparamos su fuerza electoral a nivel nacional con la estatal, ni el PRI no es tan fuerte, ni el PAN es tan débil como en el Estado de México. De hecho, en elecciones federales, el electorado del Estado de México suele ser más participativo que al votar sólo por gubernatura.

En 2021, con una participación de 54%, la coalición PRI-PAN-PRD obtuvo más votos que la coalición de Morena. Este domingo, con participación de 50%, la coalición perdió frente a Morena por ocho puntos. Es cierto que el abstencionismo tuvo un efecto en el resultado —a mayor participación electoral, más votos recibió del Moral—, pero es difícil saber si éste fue determinante: el electorado también responde a las opciones que presentan los partidos en la boleta y al desgaste de los gobiernos.

Quienes pronosticaron o anticipaban que la elección del Estado de México iba a ser similar a la de la Ciudad de México en 2021 estaban equivocados y no conocían las diferencias entre una y otra entidad. El ánimo o deseo de un cambio o alternancia era palpable en el Estado de México desde años atrás. Entre 2021 y 2023, la coalición PAN-PRI-PRD ha competido en 17 entidades: ha retenido tres gubernaturas —Durango, Aguascalientes y Coahuila—, y ha perdido en las 14 entidades restantes. En las seis entidades en donde no habido coalición entre estos partidos, sólo ha retenido dos gubernaturas: Chihuahua y Querétaro, mientras que perdieron en Guerrero, Nuevo León, Oaxaca y Quintana Roo.

Si sólo se considera el número de gubernaturas bajo el control del PRI, quizás pueda decirse que la coalición entre PAN y PRI no sea tan rentable electoralmente. Sin embargo, si se considera el número de votantes que aún puede aportar uno u otro partido, la coalición sigue siendo indispensable para enfrentar a un partido dominante como Morena. Pero lo necesario no es suficiente.

Temas: