La Secretaría de Cultura del gobierno federal cumple diez años de creada. Por ese motivo, la titular del ramo,
Claudia Curiel, respondió al cuestionario que le presentó un diario capitalino. Dice la funcionaria que “para esta administración la cultura es prioritaria porque la entendemos como un derecho y como una política pública que sostiene cohesión social, memoria, educación artística y vida comunitaria”. Sin embargo, los gobiernos, de Peña Nieto a la fecha, están lejos de rendir buenas cuentas, pues la principal limitación la constituyen los presupuestos destinados al sector, según se aprecia con números ajustados a la inflación. El decenio arrancó en 2017 con una partida de 19 mil 248 millones de pesos, que en 2018, el último año de Peña Nieto, perdió 1.2 por ciento. Peor nos fue con López Obrador, quien impuso en los más altos puestos del sector a gente que sólo exhibió su ineptitud. De este modo, en 2019, su primer año de gobierno, AMLO redujo en 4.3 por ciento los dineros destinados a cultura, para ofrecer en 2020 un repunte de apenas 0.2 por ciento y caer nuevamente en 2021 a uno por ciento. En los tres años siguientes hubo aumentos de 0.8, 1.2 y 0.3 por ciento, lo que resultó insuficiente para compensar lo perdido, ante lo cual se arguyó que la culpa era de la pandemia. Como el tabasqueño dejó las finanzas públicas en el sótano, en 2025 la caída resultó funesta, pues fue de 14.4 por ciento y, de acuerdo con el presupuesto para 2026, veremos otra pérdida, esta vez de 4.6 por ciento, lo que implica que en sus primeros dos años en la Presidencia, Claudia Sheinbaum habrá reducido 19 por ciento el presupuesto de cultura, todo en números reales. ¿La cultura es prioritaria?
Monumento para un nazi
En el Centro de la Imagen se inauguró la muestra Marianne Gast. La cámara es únicamente una máquina. Rebeca Barquera, curadora de la exposición, entrevistada por Virginia Bautista, reportera de Excélsior, dijo que el material que se exhibe muestra a Gast como “fotógrafa de prensa interesada en imágenes documentales de corte humanista”, lo que resulta dudoso porque Marianne practicó el fotoperiodismo en la Alemania nazi, sin que se conozca que alguna vez haya reprobado la barbarie hitleriana. Marianne Gast fue la mujer de Mathias Goeritz, espía que operó en el norte de África, donde se hacía pasar por profesor de idiomas presuntamente perseguido en su país. Al término de la Segunda Guerra Mundial y derrotada Alemania, él, como muchos agentes del espionaje nazi, se refugió en la España franquista y en 1949 la pareja vino a México, donde Goeritz fue tratado como un mártir y recibió encomiendas que le ganaron fama y dinero, aunque en ocasiones fue a costa de adjudicarse la obra de otros. Ahora, la UNAM está por reinaugurar el Museo del Eco, monumento para Goeritz, y se exponen fotos de quien fuera su primera esposa. Sus admiradores ya pueden gritar: ¡Heil Hitler!
Sheinbaum reparte libros
Las instituciones culturales distan de vivir en la abundancia, pero es plausible que ediciones masivas, como la llamada 25 para el 25, lleguen gratuitamente a quienes no tienen acceso a esos bienes. Las tarjetas de Bienestar y las alzas del salario mínimo, si bien han mejorado las condiciones de vida de millones de mexicanos, todavía no son suficientes para propiciar el consumo masivo del libro, quizá por falta de hábitos culturales. En México, los índices de lectura se hallan lejos de ser satisfactorios. Hay que crear la costumbre de leer, hay que familiarizar a la ciudadanía con el libro para que se convierta en un bien indispensable para todos. Celebremos que el Fondo de Cultura Económica haga suyos esos objetivos y que ponga el libro en gente necesitada de conocimiento. Lo suyo no es sólo un gasto, es una inversión que rendirá frutos en el mediano plazo.
