Logo de Excélsior                                                        

“No digas nada”: Alejandra Guzmán

Gustavo A Infante

Gustavo A Infante

Última Palabra

El pasado fin de semana viajé a León, Guanajuato, al palenque de aquella ciudad y déjenme decirles que encontré una feria limpia, bien organizada, con gente agradable y sonriente, con mucha seguridad y policías amables, que pedían las cosas por favor y daban las gracias —porque no en todas partes sucede—, bueno, pues les decía que anduve por León con un tremendo desabasto de gasolina, pero con gente feliz y tranquila.

En este marco encontré a la gran Alejandra Guzmán, quien está teniendo un 2019 espectacular, pues en Estados Unidos se acaba de estrenar La Voz USA, en el que ella capitanea un equipo al lado de Luis Fonsi, Wisin y Carlos Vives, ella tiene el Guzmán Team, y en México, la próxima semana, se estrena por Imagen Televisión su bioserie La Guzmán, que es su vida tal como ella misma la contó.

Les adelanto que he tenido la oportunidad de ver parte de la serie y me queda claro que ninguna otra bioserie ha tenido la fuerza, la honestidad y la crudeza que tiene ésta.

Bueno, pues tomando en cuenta esto, llegué a León, a una suite. La cita era a las 21:00 horas, llegué minutos antes y, en punto de las 21:00 entró la Guzmán al sitio de la entrevista.

Teníamos muchos años de no estar cerca y cuando apareció Ale me sorprendió, pues la esperaba por un lado de la habitación y llegó por el otro y se anunció con su voz ronca, con un: “Hola, buenas noches”. Me levanté, la abracé y nos dimos un beso en la mejilla. Se le ve delgada y muy bien de salud, y cuando digo que muy bien de salud es porque después estuve en el palenque viéndola y fui testigo de que la señora sube, baja, corre, salta... es más, a su equipo de seguridad los trae de un lado a otro. Cabe recordar que a ella le han hecho 30 operaciones en los glúteos por los polímeros que le inyectó Valentina de Albornoz y que casi le quita la vida; además de que tiene caderas metálicas y uno pensaría que tiene que estar en una silla de ruedas y, al contrario, ella es dinamita pura.

Y cuando nos dimos aquel primer abrazo me dijo: “No digas nada, no hay nada que decir”. ¿Así o más grande esta estrella? Gracias, Guzmán.

Comparte en Redes Sociales