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Y mi palabra es la ley…

Francisco Garfias

Francisco Garfias

Arsenal

Otra vez el presidente López Obrador legisla desde Palacio Nacional. Otra vez “recomienda” que no le toquen ni una coma a su iniciativa de reforma eléctrica, que busca regresar el control de esa industria al Estado, en detrimento del desarrollo de generadores privados de energías limpias. 

“Mi propuesta es que se considere la iniciativa como la presentamos, que no haya modificaciones, sobre todo en lo fundamental”, dijo en la mañanera.

En estos casi 40 meses de la 4T hemos visto que la palabra del titular del Ejecutivo es ley para los legisladores de Morena. Está por encima de la división de poderes, de parlamentos abiertos, de tratados internacionales firmados.

La bronca es que para cambiar la Constitución se requiere una mayoría calificada (dos tercios de los votos) que la 4T no tiene ni con sus rémoras en el Congreso. 

Pero la mayoría oficialista tiene prisa. Quiere que la iniciativa se vote en el pleno este abril. Ayer corrió la versión de que la idea es que se apruebe el miércoles de Semana Santa, para que el jueves ya esté en el Senado. “No es oficial”, aclaró el diputado de Morena, Ramiro Robledo, presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, aunque admitió que la idea es aprobarla este mes. 

* Para lograr la mayoría calificada (dos tercios de los legisladores presentes), los morenos apuestan por los votos del PRI. En el otrora partidazo ven el flanco más vulnerable del bloque opositor.

Pero Alejandro Moreno, dirigente nacional del tricolor, ha repetido hasta el cansancio que su partido no va a votar la reforma tal como está; ni antes de las elecciones para gobernador del 5 de junio. 

En los planes de Morena no entra ninguna de estas dos condicionantes. Sorprende, entonces, ¿la premura con la que actúa la mayoría oficialista? Parecieran seguros de que ya tienen los votos requeridos ¿Acuerdos en lo oscurito? Es pregunta.

La estrategia del Presidente es presionar a los legisladores con una disyuntiva muy simple: si votan a favor de la reforma eléctrica, representan al pueblo; si votan en contra, respaldan a extranjeros y grupos de intereses creados.

* Otro obstáculo para la reforma son las inversiones extranjeras, en particular las de EU.

El embajador de ese país, Ken Salazar, pide “respeto” a los contratos firmados bajo las leyes que hoy se quieren cambiar. Ya le contestó el primer mandatario. Los contratos “leoninos” serán eliminados, sin indemnización.

En la misma sintonía que el diplomático, les expresó la representante comercial de EU, Katherine Tai.

En una mesa redonda con ambientalistas y empresarios de aquel país, admitió su preocupación por el “deterioro” de la política energética de México que tiende, dijo, a aumentar el control estatal y a la competencia en el sector.

El tema, por cierto, volvió a exhibir diferencias entre el Presidente de la República y el coordinador de la bancada de Morena en el Senado, Ricardo Monreal.

Más ubicado en la realidad del país, el legislador de Zacatecas dijo que si se aprueba, tal como está, la reforma  provocaría una “sangría” de muchos millones de pesos. 

 “Está desinformado, porque no hay pérdidas. Gana el pueblo de México”, reviró AMLO

El Presidente dijo más: “Si no se aprueba la reforma, van a ser las empresas las que van a fijar los precios y nos va a pasar lo que está sucediendo en España”, asustó con el petate del muerto.

Monreal ya no quiso polemizar. “Escuché la expresión del Presidente por la mañana. Les quiero decir a todos que no voy a confrontarme con él.

“Nunca me voy a separar de su posición política y del movimiento. Voy a actuar con mucha rectitud”, dijo en rueda de prensa celebrada en Chilpancingo, Guerrero, donde acudió a presentar su libro Las Grandes Reformas para el Cambio.

*¿Espías militares rusos en México? “No sé, no tengo información”, aseguró AMLO en la mañanera, cuando le preguntaron sobre las afirmaciones que en ese sentido hizo el jefe del Comando Norte de Estados Unidos, Glen VanHerck

 De inmediato surgió una pregunta: ¿De veras no sabe nada? Estoy convencido de que sí, pero por obvias razones no puede admitirlo públicamente.

AMLO llevó el tema al terreno ideológico. Dijo que hay que mandar “telegramas” a las potencias extranjeras, para avisarles que México no es colonia de Rusia ni de China ni de Estados Unidos, sino un país, independiente, libre y soberano.

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