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La resistencia de “Los viudos de la transición”

Francisco Garfias

Francisco Garfias

Arsenal

El senador Gustavo Madero, expresidente nacional del PAN, los llama “Los viudos de la transición”. Conforman un movimiento plural en formación que nace de la necesidad de crear “contrapesos” en este país “de un solo hombre”.

Sus promotores, entre los que se encuentra el citado senador, plantean que ese movimiento sea plural, incluyente, ciudadano.

Quieren que llene el vacío de equilibrios que dejó la arrolladora victoria de Morena el pasado primero de julio.

“Nos tenemos que volver a articular. De allí surgirá la resistencia”, puntualizó el panista de Chihuahua, quien se abstuvo de dar nombres de los potenciales integrantes del movimiento.

Los guindas ganaron la Presidencia de la República; la mayoría absoluta en el Senado, en la Cámara de Diputados, en 19 Congresos locales. Se quedaron hasta con Atlacomulco, la tierra del presidente Peña.

Algunos pensaron que los gobernadores podrían ser el “contrapeso” que evite tentaciones autoritarias en el país. Se equivocaron. Pero está claro que ellos quieren ese papel. “Tienen que ver por su rancho, no por la transición”, dijo Madero.

Uno de los objetivos confesados de “Los viudos de la transición” es evitar que Andrés Manuel López Obrador aparezca en la boleta electoral en las elecciones intermedias de 2021, vía la revocación de mandato.

Si no lo logran, el tabasqueño aparecería en alrededor de seis millones de spots en radio y televisión, según cálculos de Madero.

Los “viudos” buscan también impedir que Morena conserve la mayoría absoluta en los citados comicios para renovar la Cámara de Diputados.

  • Del tema hablamos con el senador del PRD Juan Zepeda.

“Voy a buscar al senador Madero”, nos dijo.

La propuesta mencionada va en el sentido de la iniciativa que el mexiquense presentó ayer en la Cámara alta sobre la revocación de mandato.

Zepeda pone, intencionalmente, condiciones casi incumplibles para que se realice: Que 20 por ciento de los ciudadanos firme la petición; el INE tendría que validarlas con rigor “no como ocurrió con los candidatos independientes”.

Una vez cumplida la validación, el Instituto tendría 120 días para organizar y realizar el referéndum revocatorio.

Éste no puede realizarse a petición de un gobernante. Las causales para convocarlo son las siguientes:

Corrupción, encubrimiento, incumplimiento de promesas de campaña, violaciones a los derechos humanos o a las garantías individuales, incapacidad evidente.

  • Se multiplican las señales de que el gobierno de la 4ª Transformación se inclina abiertamente por construir el nuevo aeropuerto en la base militar de Santa Lucía y conservar el actual como terminal sólo para pasajeros.

AMLO ha dicho que hay que ser “imparcial” de cara a la “consulta” convocada del 25 al 28 de octubre, en 538 municipios, para que dos por ciento de los ciudadanos inscritos en el padrón decida la ubicación del NAIM.

Pero ni él lo ha sido. Basta recordar el video que dio a conocer el pasado lunes en redes sociales en el que habló favorablemente de la opción Santa Lucía. Ayer repitió la dosis. Desde Quintana Roo, mandó el siguiente mensaje a los mercados y a los empresarios que han invertido en el NAIM de Texcoco.

“No hay nada que temer, porque el gobierno de la República garantiza las inversiones que hay en bonos que están en el mercado, o los contratos de las empresas que están trabajando en Texcoco, en el caso de que la gente decidiera por Santa Lucía.

“¿Qué se haría? Pues en vez de hacer la obra que está contratada en un sitio se va a hacer la misma obra, el mismo volumen de obra en otra parte, pero no va a haber ninguna arbitrariedad, se va a garantizar la inversión, se van a hacer efectivos los contratos”, abundó.

En su equipo le hacen segunda:

Una vez más Javier Jiménez Espriú, próximo titular de la SCT, hizo mención a un estudio de la OACI —al que ya se refirió su jefe— que desecha la conclusión de los expertos internacionales de Mitre, en el sentido de que dos aeropuertos en la CDMX no son viables.

Dice la OACI de Santa Lucía:

“Aunque en principio no es parte del alcance del estudio, la Base Aérea de Santa Lucía se encuentra a 36 kilómetros, aproximadamente del AICM, distancia que se reduciría si lo que medimos es la separación de sus espacios aéreos.

“Es una zona despejada, con buena climatología local, con características mecánicas del terreno que no parecen tener especiales notaciones críticas y dispone de espacio para crecer, en principio, de manera moderada.

“Las trayectorias principales de operación son compatibles entre ambos aeropuertos, aunque lo serían menos con un hipotético aeropuerto en Texcoco”.

LA OACI es una agencia de la ONU integrada por 192 países y autoridad mundial en aeronáutica.

Miguel Torruco, próximo secretario de Turismo, se unió al coro. “El aeropuerto de la Ciudad de México (la adaptación y expansión del aeropuerto militar de Santa Lucía) sigue siendo una alternativa viable”, dijo.

Señaló, además, que existen serias preocupaciones ambientales y logísticas en relación con Texcoco. Si el proyecto actual termina, tendría que ser financiado en su totalidad por el sector privado, puntualizó.

A buen entendedor…

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