El asesinato de un dirigente empresarial

Es el caso del presidente de la Coparmex San Luis Potosí, Julio César Galindo Pérez, atacado a balazos por un sicario —afuera de una vulcanizadora— en un barrio acomodado de la capital de la entidad.

Le metió tres tiros. Murió en el hospital.

Hay que sumar a esa ejecución los 11 muertos —dos menores— en un convivio en Tonalá, Jalisco, el pasado sábado. En esas 24 horas asesinaron a 101 personas en todo el país. “El día más violento”, dicen.

Hace tiempo le robaron todos los vehículos que tenía en su negocio. Nunca se aclaró.

La víctima, además, no sólo apoyaba con todo la malograda candidatura a gobernador de Xavier Nava, sobrino del bien recordado doctor Nava, sino que combatía activamente la llegada a Palacio de Gobierno de Ricardo Gallardo Cardona, candidato del PVEM al máximo cargo estatal.

Era igualmente un duro crítico de la reforma a la industria eléctrica. En la última entrevista que dio para canal 7 de San Luis Potosí, horas antes de que lo mataran, declaró:

“Lamentablemente queda para la historia la instrucción ‘no se le va a mover una coma’ que dio el Presidente.

“Es una contrarreforma que nos regresa 40 o 50 años en la industria eléctrica; el costo nos va a impactar directamente en los bolsillos con un incremento mínimo de 17% en el arranque; se va a privilegiar el uso de energías que contaminan”, puntualizó.

No le perdonan el dato del sobrecosto de la eliminación del NAIM que viene en el informe sobre la Cuenta Pública 2019: 331.9 mil millones de pesos (232% más que el cálculo oficial).

El diputado de Morena Marco Antonio Andrade Zavala, magnificó la declaración de Colmenares, en la que admitió inconsistencias en la cifra. Solicitó a la Comisión de Vigilancia y a la Unidad de Control investigar al auditor.

“Si estas investigaciones resultaran graves, por sus conclusiones, (hay que) iniciar el procedimiento de remoción, tal y como lo marca la Ley de Fiscalización Superior”, dijo.

El auditor Colmenares escuchó, paciente, a los oradores. Evitó comentarios que pudieran calentar el Salón Verde, pero sí destacó:

Hubo resistencia para entregar la información por parte de los entes auditados de los diferentes órganos de gobierno. La pandemia fue utilizada como pretexto.

No dio la nueva cifra del sobrecosto del NAIM. Se realiza una auditoría independiente con el concurso del Grupo Aeroportuario y la SHCP para hacer público el nuevo cálculo.

Y a los morenos les dijo:

“No tenemos ninguna intencionalidad política. No es nuestro interés perjudicar algún orden de gobierno. Estamos en la mejor disposición de cooperar para aclarar el punto. No me interesa entrar en una arena política”.

Una breve intervención pública cada uno. De acuerdo con el comunicado conjunto, no se habló de seguridad ni de energía y, hasta donde alcanzamos a ver, tampoco de vacunas.

Eso ayudó el “buen tono” del encuentro.

En la parte pública de la reunión, el Presidente mexicano evocó a Porfirio Díaz y su breve paso por la Presidencia de México (34 años, nada más).

La modificó: “Él decía pobre de México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos. Yo puedo decir tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos”.

Biden sonrió y, en su turno, evocó a la Virgen de Guadalupe, venerada por los mexicanos, y las cuatro veces que se ha encontrado con AMLO.

Acordaron, eso sí, cooperar en temas como la migración, el cambio climático, la economía y el combate a la pandemia, según el comunicado final.