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Cero en aritmética

Francisco Garfias

Francisco Garfias

Arsenal

Patético el espectáculo que dieron ayer legisladores de Morena en la sesión de la Comisión Permanente. Perdieron la votación para convocar un periodo extraordinario de sesiones y se volvieron locos.

Sabían que le habían fallado a Andrés Manuel López Obrador —jefe real de los guindas en el Congreso—. El Presidente los ha presionado para que aprueben ya la ley secundaria sobre la revocación de mandato.

Los opositores saben que, más que un ejercicio de “democracia participativa”, como lo vende el Presidente, es un instrumento de propaganda para promover al hombre de Palacio. Le negaron sus votos.

En la citada sesión, los morenos y sus rémoras lloriquearon, descalificaron, acusaron ¡marrullería, y ni así.

Algunos llegaron al extremo de irse en contra del senador de Morena Eduardo Ramírez, quién presidía la sesión, por haber cantado que no se logró la mayoría calificada requerida para llevar el debate del revocatorio al pleno.

El revuelo que se armó nos dejó claro que la aritmética no se les da a los morenos. En el salón de sesiones había 35 legisladores. De ese total, 23 votaron a favor y 12 en contra.

Si tomamos la calculadora y hacemos una sencilla operación, vemos que una mayoría calificada requiere de 23.33 votos. Un legislador no se puede fraccionar. Se necesitan, pues, 24 votos. No lo admitían.

Se fueron a un receso de 15 minutos. Regresaron calladitos. Nadie protestó cuando se volvió a cantar la votación.

Ramírez anunció más tarde que se volverá a convocar a la Permanente para retomar el tema. En eso estaban anoche. “Esto no se acaba hasta que se acaba”, advirtió la diputada morena María del Carmen Almeida.

Horas antes, la senadora del PAN Kenia López había anticipado que la Permanente no bailaría al son que le tocó el Presidente de la República. Así fue. Un punto para la división de Poderes.

* A destacar que la Permanente está integrada por 37 legisladores. El senador Joel Padilla, del PT, no asistió a la sesión. Si lo hubiera hecho, Morena y sus rémoras estarían cantando victoria.

¿Ausencia deliberada?

En ese espacio hemos hablado de la molestia que hay en el PT con sus aliados de Morena por el desafuero del diputado Mauricio Toledo, el ninguneo en el reparto de candidaturas y el regateo de recursos para los Cendis (estancias infantiles de ese partido).

Faltó también una legisladora del MC. Dicen que esperaba su prueba de covid-19. ¿Jugada de Dante?

* Voceros oficiales nos informan la decisión del Presidente de que Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, sea la única interlocutora válida del Ejecutivo con el Congreso.

“Quedan atrás los tiempos en que había muchos interlocutores”, nos dicen, en velada referencia a Julio Scherer Ibarra, consejero jurídico de Presidencia.

La secretaria se reunió ayer mismo con coordinadores parlamentarios de los grupos que pertenecen a la Coalición Juntos Haremos Historia.  Desayunó en el Hotel Emporio, frente al Senado, con Ricardo Monreal, Ignacio Mier y otros legisladores.

En la Cámara alta corrió la versión que a ese desayuno estaban invitados los coordinadores de los grupos opositores, pero que éstos le hicieron el vacío a doña Olga.

El senador del PAN Damián Zepeda lo desmintió en entrevista con Azucena Uresti. “No hubo una convocatoria a una reunión formal con la secretaria. Eso sería una grosería. El diálogo siempre debe estar abierto”, opinó el panista.

* Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México, fue crucificado en la mañanera por haber corregido públicamente a López Obrador.

El Presidente lo calificó de ultratecnócrata por haber aclarado, en redes sociales, que los Derechos Especiales de Giro del FMI que se entregarán a México no se pueden usar para pagar deuda. La ley no lo permite. Esos DEG equivalen a 12 mil millones de dólares.

Fiel a sus ideas fijas, López Obrador reviró:  “no se puede usar ese dinero para bajar la deuda porque son muy cuadrados. Los que trabajan en el Banco de México no deben de olvidar que son servidores públicos, no empleados de los financieros”.

Añadió: “Estaba yo viendo a Gerardo Esquivel, que ya se volvió ultratecnócrata, diciendo: no se puede lo que plantea el Presidente”.

Esquivel sostiene que los DEG no son una moneda, son un activo de reserva internacional.

“En México, por Ley, los activos de reserva internacional no se pueden utilizar para pagar deuda”, puntualizó en Twitter.

Ya después de que López Obrador lo calificara de ultratecnócrata, Esquivel posteó otro tuit en tono conciliador: “Disenso no es confrontación”.

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