México maravilloso
En medio de esta vorágine de temores, incertidumbre, desconfianza e incredulidad, los mexicanos no podemos perder de vista los logros que hemos alcanzado y la potencialidad de un gran país que se resiste a que la violencia inusitada, la corrupción galopante y la impunidad lacerante lo venza, y a conformarse con vivir en esta pesadumbre dando paso a jinetes aún más apocalípticos.
En un reciente viaje al norte del estado de Veracruz, transitando por el nuevo corredor México–Tuxpan, la maravilla del entorno y el reconocimiento de la alta ingeniería mexicana que hizo posible acceder a un puerto de la mayor importancia en poco más de 3 horas, me permitió reflexionar sobre lo mucho que ha crecido y avanzado nuestro país y que la dignidad de los mexicanos y su amor inmenso por esta patria no debe permitir que demos un sólo paso hacia atrás, consolidar lo hecho y avanzar al futuro cobijados por un Estado de derecho en el que se respete nuestra democracia republicana.
Es un ejemplo de paz, tranquilidad y armonía en la que viven los pobladores de la zona de San Rafael, Veracruz, con una comunidad creativa como la franco-mexicana que ahí reside desde hace tantos años, y que nos dio la oportunidad de disfrutar la naturaleza y el trabajo de estos mexicanos, dedicados al campo, el comercio, la industria, en su mayoría del ramo petrolero, y el turismo, generando fuentes de trabajo y riqueza en su zona y al país. Lugares espléndidos como sus ríos, sus playas con hoteles únicos como Azúcar o el ejemplo de una pensión agrícola como Maison Couturier (concepto de probado éxito en países europeos como Francia, Italia o España), que acogen a los visitantes con los brazos abiertos para compartir esta gran riqueza natural y que no han descuidado los aspectos educativos, culturales, artísticos y los lazos históricos que nos unen con otras naciones.
Fuimos testigos de uno de estos acontecimientos y disfrutamos de estos lugares gracias al empuje de estos empresarios que luchan por la grandeza de su patria chica, enhorabuena por eventos como la presentación de las obras de los artistas residentes Eugénie Denarnaud y Fabián Léaustic en Casa Belin, auspiciada por la Fundación Casa Proal, exposiciones que abonan al buen nombre de nuestra nación y fortalecen nuestros vínculos internacionales.
El festejo posterior a la presentación, en Casa Proal, ofrecido por la fundación Couturier fue una fiesta de colores, sabores, aromas, música, baile y personas de diversas partes del país y del mundo, dedicadas a todo género de actividades, envueltos por la magia de un sitio atemporal en medio de un enorme platanal, en donde hasta un viejo refrigerador de 300 años de antigüedad funciona.
Estas reflexiones me llevan a afirmar que México, a pesar de sus problemas de corrupción, de inseguridad, de pobreza y desigualdad, de sus malos gobiernos, que no han cumplido con los principios de buscar el bien común, de establecer reglas para este propósito y que éstas se cumplan. Que las políticas erráticas del pasado se pueden resolver con trabajo en armonía, en paz y desterrando este bagaje brutal del pasado que no permite que avancemos más rápidamente hacia un destino mejor.
Nuestro país ocupa el octavo sitio como el más competitivo del mundo en manufactura, rompió récord de producción automotriz en el 2017 y es ya el sexto productor de vehículos en el mundo. Somos, por primera vez en su historia, exportadores de más productos agrícolas de los que importamos y estamos entre los principales productores del mundo de aguacate, tomate, brócoli, chile, cerveza, huevo, berries, legumbres, etcétera.
México es el país que más tratados de libre comercio tiene en el planeta, tenemos 45 tratados en relación con los 17 de los EU. Logramos la más baja inflación que hemos visto en décadas, rompimos el récord en atracción de inversión extranjera directa en el 2016 y 2017 y nos hemos convertido en el destino preferido de inversionistas y empresas trasnacionales en nuestro continente.
Zonas de nuestra nación como el Bajío y el Noroeste han estado creciendo de forma sostenida a tasas del 5 y 6%.
México duplicó en los últimos seis años su infraestructura en transporte de gas natural con pura inversión privada, incluyendo inversión de mexicanos que no se quejan y trabajan y creen en su país. México es uno de los principales destinos de proyectos de energía renovable (solar y eólica) en el mundo. Duplicamos en los últimos 10 años la capacidad en generación de energía eléctrica y su mercado es uno de los más dinámicos en el mundo.
Somos la economía más grande de América Latina y, de acuerdo con el Chicago Board of Trade, la más atractiva de las economías emergentes; tenemos una moneda estable, a pesar de los vaivenes y de los ataques que sufre y que no son necesariamente por razones meramente económicas. Este país logro subir su recaudación fiscal del 10% del PIB hace 10 años al 17% del PIB, aun cuando su principal contribuyente —Pemex— bajó su rendimiento debido a la caída en los precios del petróleo, es cierto, pero, también hay que reconocer que la economía pudo despetrolizarse.
Los mexicanos trabajamos, creemos en nuestro país y necesitamos creer en el buen gobierno. Hacia allá debe estar orientado nuestro próximo voto.
