Dedicarse al hogar…

¿Sabe cuál es el costo social de dedicarse sólo al hogar? ¿Cuál es el impacto para el desarrollo pleno de la mujer mexicana? Nos sale caro, 8.4 billones de pesos, según el Inegi, porque las mujeres que se dedican a las tareas de la casa y/o a cuidar a un enfermo, una ...

¿Sabe cuál es el costo social de dedicarse sólo al hogar? ¿Cuál es el impacto para el desarrollo pleno de la mujer mexicana?

Nos sale caro, 8.4 billones de pesos, según el Inegi, porque las mujeres que se dedican a las tareas de la casa y/o a cuidar a un enfermo, una persona adulta mayor o con discapacidad no tiene seguridad social, prestaciones ni un servicio de salud de calidad ni acceso a medicamentos gratuitos. Se enfrentan también a restricciones para su movilidad laboral y no reciben un ingreso.

En el país, 94% de las mujeres mayores de 15 años realizan trabajo doméstico no remunerado y 37% de ellas también llevan a cabo labores de cuidados. Tareas fundamentales para el bienestar de los hogares y el funcionamiento de la sociedad.

¿Qué actividades están consideradas como trabajo doméstico? La producción de bienes para el consumo del hogar; la preparación y el servicio de alimentos; la limpieza de la vivienda, ropa y calzado; el mantenimiento, instalación y reparaciones menores de la vivienda y otros bienes del hogar; las compras; los pagos y trámites; así como la gestión y administración del hogar.

Además está el trabajo exclusivo de cuidados, que incluye cuidar o atender sin pago y de manera exclusiva a niños y niñas, adultos mayores, personas enfermas o con alguna discapacidad; llevar a algún integrante del hogar a la escuela, cita médica u otra actividad; o bien prestar servicios gratuitos a su comunidad.

El Boletín de Movilidad Social en el Mercado de Trabajo realizado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) —el cual presenta los indicadores de movilidad laboral para el cierre de 2023 y 2024, correspondientes al cuarto trimestre de cada año— detectó diversas desigualdades para las mujeres, al ser ellas las que realizan en su mayoría tareas del hogar, labores de cuidados o ambas cosas. Una de éstas es el acceso a los servicios de salud.

Las mujeres que participan en el mercado de trabajo y también hacen labores de cuidados dentro del hogar acuden menos  a los servicios de salud, mientras que las mujeres que no llevan a cabo ningún tipo de trabajo doméstico son las que tienen más acceso a los servicios de salud, de acuerdo con el CEEY.

Para las mujeres que realizan trabajo doméstico y de cuidados el panorama es más complicado. El estudio arrojó que ellas suelen permanecer sin ningún tipo de servicio de salud o pueden perderla en el transcurso de un año.

De la población cuidadora, casi 70% corresponde a mujeres, y prácticamente todas ellas también hacen otro tipo de tareas dentro del hogar. Otra desigualdad es el acceso a la capacitación laboral. El estudio advierte que entre la población ocupada que recibe un tipo de aprendizaje, las mujeres están en desventaja de ser capacitadas o poder capacitarse al realizar trabajos domésticos o de cuidados, frente aquellas que no tienen ninguna carga dentro del hogar. Un fenómeno similar sucede con la movilidad en ingresos laborales.

Y claro: ¿o se capacitan o se quedan en casa a realizar las labores domésticas o de cuidado? A veces no hay opción..

Para las mujeres que trabajan en un centro laboral, el que realicen un trabajo doméstico —sea de cuidados o no— marca una diferencia importante en los ingresos. Las mujeres con mayor ingreso laboral promedio son aquellas que no hacen ningún tipo de tareas dentro del hogar, mientras que las mujeres que además del trabajo doméstico también llevan a cabo labores de cuidados tienen el ingreso más bajo.

Un factor clave que limita la movilidad laboral de las mujeres es el trabajo doméstico no remunerado, es decir, las labores en el hogar o para el hogar sin pago alguno. Las mujeres llevan a cabo tres cuartas partes de este tipo de trabajo —incluidas las labores de cuidados—, por lo que contar con servicios como guarderías, escuelas con horario extendido, centros de atención para personas con discapacidad, entre otros, permitirá tener más tiempo y así alcanzar una mayor movilidad social.

El estudio del CEEY expone la importancia de que las autoridades del país construyan un sistema de cuidados como parte de un sistema de protección social universal, y generen empleos de mejor calidad.

Es decir, no sólo se requiere un sistema de cuidados, sino de apoyos completos como un servicio de salud digno, acceso a medicamentos, generación de fuentes de trabajo, capacitación laboral, horarios flexibles y salarios competitivos.

Aún nos falta empujar mucho en el tema de género, hay muchas brechas de desigualdad social.

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