Innovación médica australiana salvando vidas en México

De todos los sectores en los que Australia se encuentra entre los líderes globales, los campos de biotecnología e investigación biomédica son, probablemente, los más fascinantes e impresionantes. De los 15 ganadores del Premio Nobel que ha tenido Australia desde 1945, ocho han sido para investigadores australianos en estos campos, entre ellos el pionero de la penicilina, Howard Florey. Gracias a sus excelentes instalaciones de investigación; científicos y universidades de clase mundial y su sólido marco regulatorio, Australia ha emergido como una potencia en la innovación biotecnológica y biomédica.

Algunas de las innovaciones e investigaciones australianas en estos campos ya han llegado a México, incluyendo el Programa Mundial del Mosquito (WMP). Una iniciativa sin fines de lucro desarrollada por la Universidad de Monash, el WMP busca proteger a la comunidad global de enfermedades transmitidas por los mosquitos, como son el dengue, zika y el chikungunya. El eje de su trabajo se centra en el descubrimiento realizado en Monash sobre el impacto de la bacteria Walbachia en los mosquitos. Esta bacteria, inofensiva para los humanos, contiene una propiedad que evita la transmisión entre mosquitos. Además, la Walbachia se pasa a través de la reproducción. El WMP ya está operando en la Península de Baja California y estoy ansioso por ayudar al programa a expandir sus operaciones en México y proteger a comunidades vulnerables de estos riesgos.

Mientras que el WMP sólo ha estado en México desde el año pasado, CSL Behrling ha estado trabajando con el gobierno de México por las últimas dos décadas. Una de las empresas biofarmacéuticas más grandes del mundo y de las compañas más grandes de Australia, CSL Behring, trabaja para desarrollar terapias para enfermedades graves que tienen una alta tasa de no tratamiento. CSL Behring continúa trabajando para encontrarle nuevos usos al plasma, desarrollando mejores y más eficientes tratamientos hemoderivados que asistan a los que sufren algunas de las enfermedades más terribles.

Otra compañía australiana con una larga historia en México es Seqirus, uno de los principales proveedores del mundo de vacunas contra la influenza. Seqirus suministró más de 15 millones de dosis al IMSS en el 2018. Hoy, Seqirus trabaja para desarrollar la siguiente generación de vacunas y nuevas maneras de reducir el impacto de la gripa estacional en todo el mundo.

Una compañía australiana que ha adoptado plenamente la tradición de innovar, Cochlear, produce algunos de los mejores implantes del mundo, que permiten escuchar a aquellas personas que sufren de sordera. Su historia es ejemplo de lo que se puede lograr cuando el gobierno, la iniciativa privada y los investigadores académicos trabajan juntos. El nacimiento de Cochlear fue resultado del compromiso de la cooperación entre el gobierno australiano, la compañía Nucleus y el doctor Graeme Clark, de la Universidad de Melbourne, para producir un implante que fuera viable comercialmente para el mercado. Después de recibir el primer implante Nucleus en 1982, Graham Carrick declaró: “Darle la capacidad de escuchar a las personas, es darles vida”.

Hoy, Cochlear opera en más de 30 países, incluyendo México. Estoy trabajando junto con las autoridades de salubridad de México para expandir su limitada disponibilidad aquí, para asegurar que las personas que sufren de sordera puedan disponer de la mejor tecnología. Aquellos que sufren de este mal, particularmente los niños de México, no merecen menos que los otros cientos de miles de todo el mundo que ya lo tienen a su alcance.

Es muy emocionante pensar que la biotecnología y la ciencia médica australiana jueguen un rol mayor en los esfuerzos de México por subsanar sus necesidades médicas. No tengo duda: los frutos de la industria biomédica australiana están y seguirán creando un impacto real en la vida de muchos mexicanos, especialmente de aquellos que más lo necesitan.

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Embajador de Australia en México