Recordemos

En 1960, las hermanas Mirabal, en República Dominicana, fueron asesinadas por el dictador Rafael Trujillo, por activismo contra su gobierno. Un personaje de la novela de Vargas Llosa, dice: “Nunca me pasó por la cabeza que una mujer pudiera entregarse a cosas tan viriles como preparar una revolución”. Claro asesinato por razones políticas

En 1871, Susan B. Anthony, sufragista norteamericana, afuera del Congreso de Nueva York, dio un contundente discurso reclamando el derecho al voto. Terminó preguntando: Señores, ¿somos personas las mujeres? Al parecer, no bastó que, en 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos refrendara su fe en la dignidad humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres. Habrían de pasar treinta y tres años para que, en 1981, entrara en vigor la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés). La discriminación es violencia.

Alda Facio dice que, en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de 1993, en Viena, se declaró que las mujeres somos humanas; por ende, tenemos derechos humanos. Esta declaración fue provocada por las feministas que obligaron a los señores a considerar que la violencia contra ellas, en las familias y en todos los demás ámbitos, no era un “problema privado”. Triunfó el lema de “lo personal, es político”.

  • En 1960, las hermanas Mirabal, en República Dominicana, fueron asesinadas por el dictador Rafael Trujillo, por activismo contra su gobierno. Un personaje de la novela de Vargas Llosa, dice: “Nunca me pasó por la cabeza que una mujer pudiera entregarse a cosas tan viriles como preparar una revolución”. Claro asesinato por razones políticas. Por eso, la ONU declaró en 1993, el 25 de noviembre como Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

En 1993, escandalizó el asesinato de 17 mujeres, las muertas de Juárez, que, hasta hoy, no encuentran justicia. Para 1999, se contabilizaban 162 casos. México ratificó la Convención de Belem do Pará en 1998, que propone crear mecanismos de protección y defensa de los derechos de las mujeres para luchar contra la violencia, tanto en el ámbito público como en el privado.

En 1995, en Guerrero, 17 campesinos fueron asesinados por la Policía Judicial Estatal y la Policía Motorizada. El gobernador renunció. En Acteal, Chiapas, 1998, tras el asesinato de 45 personas, incluidos niños y mujeres embarazadas, renunció el secretario de Gobernación.

Con esta breve información, podemos afirmar que la justicia para las mujeres es casi inalcanzable, a pesar de declaraciones, leyes, programas. Pero, además, que hay sesgos por clase social y claro, por género, en la valoración de estos lamentables hechos. Entre las hermanas Mirabal, quienes han recibido un amplio y merecido reconocimiento mundial y las mujeres asesinadas en Juárez, hay distancias insalvables de clase social.

Entre las sanciones de la sociedad por los asesinatos de hombres y los de mujeres, se muestran sesgos de género. La vida de unos vale mucho más que la de otras. En los casos de mujeres, han sido necesarias marchas, denuncias, reclamos. Como dice Griselda Álvarez, “el hombre nace lleno de respeto y las hembras vienen en pecado concebidas”.

Tras los escándalos en Ciudad Juárez, gracias a las movilizaciones feministas y de las madres de las víctimas, Marcela Lagarde, diputada externa por el PRD, después de una acuciosa investigación, elaboró, junto con otras diputadas, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, aprobada y publicada en 2007.

Esta ley define la violencia feminicida como “el producto de la violación de los derechos humanos (de las mujeres) y del ejercicio abusivo del poder (de los hombres), tanto en los ámbitos público y privado, que puede conllevar impunidad social y del Estado”. En los casos anteriores, la impunidad del Estado fue evidente; la impunidad social, no, gracias a que las movilizaciones feministas denunciaron. Cuando no se denuncia, se promueve la estigmatización y la vergüenza de las víctimas.

  • El 25 de noviembre, a marchar contra la violencia hacia las mujeres. “Cada once minutos, se asesina a una mujer”: ONU.

Temas: