El pueblo y yo o... ¿Yo, el pueblo?

Hoy, pan y circo, mueve a políticos.

No hay tiranía más cruel que la que se ejerce a la sombra de las leyes, y en nombre de la justicia.

 Montesquieu

El nivel más alto de ignorancia de cualquier personaje es cuando rechaza algo de lo cual no sabe nada. De diversas nacionalidades, “encumbradas” figuras han aparecido en muchas “democracias”.

Pero a diferencia de verdaderos hombres de Estado, no los mueve la obediencia a una causa superior. Ni poseen la alta vocación de participar en la vida en común y aportar todo su ser al servicio y destino del país.

Hoy, pan y circo, mueve a políticos.

La autora Nadia Urbinati establece en su libro Yo el pueblo: “El populismo indica la existencia de una corrupción política sistémica, que ha sido favorecida por la desigualdad económica. Responder a las críticas populistas requeriría que los demócratas intervinieran en las discusiones constitucionales y políticas populistas en vez de satanizarlas”.

Creo que los gobiernos deben de buscar ser más “gobierno” y menos “populares”.

El exceso de consensos y unanimidades pueden llegar a amenazar y se pueden convertir en signos preocupantes de perversidad social, política e intelectual, porque ocultan la verdad de los desacuerdos.

Agrega Urbinati: “El populismo en el poder no cuestiona la práctica electoral, sino que más bien la convierte en la celebración de la mayoría y de su líder, en una nueva estrategia de gobierno elitista, centrada en una (supuesta) representación directa entre la gente y el líder”.

El populismo se ha convertido en un instrumento de los demagogos para tener entretenido y ocupado a los que tienen una educación que no pasa de saber leer y escribir. Crudo decirlo, pero así es.

Si se reflexiona un poco más, es fácil entender que una población que no tiene educación no va a poder exigirle a sus políticos un debate con argumentos sensatos y lógica racional.

Por eso es tan importante invertir en educación. ¡Debería ser la prioridad número 1 de cualquier gobiernos que se jacte de tener un proyecto viable y congruente!

Verdaderamente es una lástima... una verdadera pena, que regímenes de todo el mundo hayan tratado de mantener en el ostracismo educativo a sus pueblos. Con el objetivo de “controlarlos”. He ahí las funestas consecuencias...

La historia es un cúmulo de guerras, persecuciones e injusticias. Aberraciones de un mundo, donde los hombres de buena voluntad resisten ante las partituras de miseria de una sinfonía carente de compasión, dirigida por demagogos, egocentristas y populistas.

Sin embargo, la historia también ha demostrado que de las mismas crisis, el ser humano logra sacar la fuerza para su superación.

Hombres y mujeres, sin importar raza, religión, color o afiliación política, con tenacidad y valor, han luchado y vencido a las sangrientas tiranías.

Novedosos, singulares, incluso evolucionados senderos suelen abrirse a partir de obstáculos que el ser humano encuentra en sus andares.

Una pequeña ventana es suficiente para que la vida renazca.

Creo firme y solidariamente que las mujeres son parte fundamental, escencial, vital... para la construcción de una nueva existencia. De ellas emana la vida misma. Y, por lo general, son seres más concientes y evolucionados en aspectos, que hoy, son primordiales para conducirnos a un mundo mejor.

Una existencia más virtuosa, y respetuosa. Donde la compasión, la solidaridad, la libertad y la equidad se conviertan en las divisas de las “nuevas repúblicas”.

Termino citando a Ernesto Sábato. En su ensayo de La resistencia, esta reflexión se devela, en el contexto actual, como una razón fulgurante del avenir de nuestra existencia:

“Les pido que nos detengamos a pensar en la grandeza a la que todavía podemos aspirar si nos atrevemos a valorar la vida de otra manera. Nos pido ese coraje que nos sitúa en la verdadera dimensión del ser humano”.

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