Un violento acusa de violencia al PAN
Arnulfo quiso planchar a la oposición.

Adrián Rueda
Capital político
Clara Brugada atendía el lunes un evento, cuando tuvo que hacer una pausa para denunciar que la oposición había provocado en Donceles un desgreñe entre legisladoras, a fin de boicotear la aprobación del Presupuesto 2026 para la Ciudad de México.
Su fuente era César Arnulfo Cravioto, su secretario de Gobierno, quien fue con el chisme de que –según él– diputadas del PAN habían tomado violentamente la tribuna, dejando despeinadas y con algunos botones menos a sus inocentes compañeras de Morena.
Con base en esa versión, Clara arremetió contra el PRIAN, señalando que en el legislativo deben prevalecer el diálogo y los acuerdos, no la violencia.Tiene razón, aunque el público prefiera el desgreñe y uno que otro zape.
Pero el problema de la jefa de Gobierno es que se le ocurrió presumir a su mensajero, que le fue a llorar por lo que acababa de ocurrir en el Congreso.
Eso sí calienta, primero porque si el tema llegó a la prensa internacional, fue porque no hubo operación política para prevenir el desgreñe. Sobre todo en el tema de la desaparición del Instituto de Transparencia de la CDMX, para cambiarlo por un órgano dependiente de la 4T.
¿Qué no es obligación de todo secretario de Gobierno planchar con todas las bancadas los temas escabrosos, a fin de evitar que revienten en tribuna, se salgan de control y que, al final, le estallen en la cara al jefe?
Cualquiera que se haya sentado en esa silla sabe que su misión primordial es evitar problemas al patrón, en lugar de ir a acusar a los opositores porque lo vieron feo.
Pero lo peor es que quien fue a llorarle a Clara el lunes es el mismo que en la anterior legislatura del Senado de la República –a donde llegó como suplente de Martí Batres–, se convirtió en violentador de senadoras, que intentaban protestar en la tribuna.
En las redes está el video donde Cesarito toma físicamente la Mesa Directiva y desde ahí reparte manotazos a varias legisladoras que –pacíficamente– intentaban pegar algunas cartulinas de protesta.
Pero un Cravioto, con los ojos inyectados de ira, les golpeaba con fuerza las manos para que no lo hicieran. Ése es el mismo personaje que fue a chillar con Clara porque las diputadas del PAN habían desgreñado a las de Morena, lo cual no era completamente cierto.
En todo caso, el asunto habría sido entre mujeres, no como la ocasión en que él agredió a mujeres.
Eso sí, nada dijo de que el problema se presentó porque Morena desconoció el acuerdo alcanzado un día antes en comisiones, para que el órgano de transparencia que sustituirá el Info-CDMX se rigiera por un pleno de tres elementos y no por una sola persona.
Pero unas horas antes de subir la iniciativa al pleno, Morena se echó para atrás y anunció que la dirección del nuevo ente caería en una sola persona. Con ello la 4T tomará el control de la información pública y, de paso, también la narrativa.
Si Arnulfo hubiera operado para explicar que la ley no permite crear una dirigencia colegiada, a menos que se formara un consejo, quizá habría protegido a su jefa; le ganó lo porro y quiso planchar a la oposición. Cuando ya no pudo con el paquete, se lo aventó a su jefa.
CENTAVITOS…
Y como dicen que a río revuelto ganancia de depredadores, el diputado Víctor Hugo Romo se relame ya los bigotes para apropiarse del nuevo Info, lo que sería oro molido para él, pues además de nómina, tendría información sensible de sus enemigos; también de sus amigos. Por lo pronto, Brugada debería amarrarle las manos y cortarle las uñas.