Claudia se obsesiona con el PAN
En el desgreñe quisieron culpar a los azulitos

Adrián Rueda
Capital político
Si el gobierno traía entre ojos al PAN, pues le llenó de piedritas el hígado, la marcha del 15N que despertó a la Generación Z contra la 4T, fue el clavo que faltaba en la cruz; ordenó a Morena ir con todo sobre los suspiritos azules.
Pero la intentona para imponer desde Donceles la narrativa de que los panistas estuvieron detrás de la violencia de la Gen Z, ha fracasado. Si algunos tienen fama de vándalos, esos son precisamente los guindas, desde que vestían de amarillo.
Sólo en la cabeza de un despistado(a) cabe que la ciudadanía va a comprar esa idea, si basta recordar que quien incendiaba pozos y rompía cristales era Andrés Manuel López Obrador, quien incluso llegó a cerrar Paseo de la Reforma con un plantón de tres meses.
Ni qué decir de la banda de porros que lo seguían y que hoy están en el gobierno; en cualquier lista de raya de la burocracia se pueden encontrar apellidos como Batres, por ejemplo. No hay manera de que la gente les compre la idea de que ellos son angelitos y los suspiritos, vándalos.
Pero fue orden de Palacio Nacional ir contra el PAN, pues la inquilina no supera que, a nombre de los mexicanos más jóvenes, una marcha le tomara el Zócalo, lo que obligó a los granaderos a reprimir violentamente la manifestación.
Los diputados tuvieron que sacarse algo de la manga para acatar el capricho palaciego; desde ahí han venido tropezando, como con su idea de crear una comisión legislativa que investigue los hechos del 15N.
Nada más ridículo, porque una regla no escrita aconseja que cuando se quiera que algo no se solucione, lo recomendable es precisamente crear una comisión que atore todo. Aunque hasta para eso batallaron, pues sus aliados del PVEM y PT no los apoyaron.
Además, como supuestas pruebas de que el PRIAN había financiado la marcha, los imberbes diputados guindas presentaron recortes del periódico Renovación, pasquín editado por Morena.
La pifia ocurrió porque la 4T dio la misión a sus diputados más jóvenes. El pobre Paulo García, su vocero en Donceles, falló estrepitosamente; les salió el tiro por la culata.
Cuando parecía todo acabado, llegó el desgreñe de diputadas del PAN y de Morena en Donceles, donde se armó la campal; quisieron culpar de nuevo a los azulitos.
No contaban con que los videos subidos a las redes darían fe de que quién inició la gresca —tras bambalinas—, fue la morena Rosario Morales, al agredir primero a la panista Claudia Pérez, ante la complacencia de la expresidenta de la Mesa Directiva, Martha Ávila.
Ya en tribuna, se ve como la también guinda Yururi Ayala aplica una hurracarrana a la panista Daniela Álvarez, y ahí se armó la gorda; la narrativa no la van a poder cambiar.
CENTAVITOS
Ricardo Monreal jura y perjura que a partir de 2027 ahora sí colgará los guantes de la política; dice que sólo conservará su cátedra de posgrado en la Facultad de Derecho de la UNAM, porque ya es tiempo de dejarle espacio a los jóvenes. Suena hasta noble, de no ser porque viene del zacatecano, quien hoy es líder del Congreso precisamente porque olvidó su promesa de 2024, de que si no era candidato presidencial de Morena, no aceptaría ningún cargo y tampoco una candidatura a diputado federal, pues desde entonces era mencionado como probable líder en San Lázaro. Siempre lo negó y repitió que su tiempo en el servicio público había acabado. Hoy hace la misma promesa para 2027, desde la presidencia de la Jucopo; a otro perro con ese hueso.