Acota su propio equipo a Clara
Clara Brugada no ha podido superar la pérdida de su exsecretaria particular, Ximena Guzmán.

Adrián Rueda
Capital Político
Su pena no es sólo en la parte anímica; le dejó también un importante hueco en la operación del Gobierno de la capital, pues representaba un importante equilibrio dentro del equipo cercano a Clara.
La mañana del 20 de mayo, Ximena esperaba a José Muñoz, asesor de Brugada, cerca del Metro Xola para dirigirse a la sede del Antiguo Ayuntamiento; un sujeto los emboscó, acabando con ambos.
Independientemente del artero crimen —por cierto, aún no resuelto—, la desaparición de sus dos colaboradores, sobre todo de Guzmán, cortó la línea de comunicación más importante de su gobierno.
Ella era a quien Clara escuchaba y en quien confiaba plenamente; junto con Muñoz, eran una especie de dique para frenar a los grupos que intentaran irse por la libre utilizando el nombre de la jefa de Gobierno.
Porque es muy sabido que Brugada no acostumbra recibir a mucha gente, y que su exsecretaria era el vehículo para recibir y enviar mensajes, cosa que se perdió con su partida.
Ese vacío han querido aprovecharlo especialmente dos de sus funcionarios: su secretario de Gobierno, César Arnulfo Cravioto, y el de Participación Ciudadana, Tomás Pliego, ambos de su primer círculo.
Entre los dos empujan las decisiones más importantes de la administración capitalina, lo que no tendría nada de malo si no fuera porque nadie los considera confiables y mucho menos capaces de articular algún acuerdo.
No sólo por parte de la oposición, sino entre los propios morenistas, quienes no les ven mayor capacidad por la sencilla razón de que, históricamente, desde que estaban en el PRD, siempre los vieron muy chiquitos, refundidos en posiciones de segunda.
Y ése es precisamente el problema, pues, como siempre fueron relegados por sus propios compañeros, crecieron con un gran resentimiento, y ahora que detentan cargos importantes en la administración capitalina buscan vengarse de quienes los humillaron.
Con una gobernante achicada —y acotada por su propio equipo—, estos personajes hacen —y sobre todo deshacen— a su antojo en la capital. Si Cravioto instruye algo, siempre antepone el nombre de la jefa de Gobierno y no se puede saber qué tanto sea cierto.
Nadie le puede preguntar a Clara si lo que Arnulfo empuja es cierto o no por la sencilla razón de que la gobernante es inaccesible, además de que tiene varios frentes abiertos; el más importante, con el gobierno federal.
Por eso es que la pérdida de Ximena es un golpe del que la gobernante no se ha podido reponer. Se quedó sin interlocución y sin su dique de contención. Tiene que conformase con el mal trabajo de dos políticos resentidos que lo único que hacen es acrecentarle los problemas.
CENTAVITOS
Prácticamente planchado quedó ayer el Presupuesto 2026 para la capital, toda vez que los diputados de las comisiones de Programación y Hacienda, respectivamente, movieron algunas comas a la propuesta original enviada por el secretario de Finanzas, Juan Pablo de Botton, a quien la última semana se le vio muy seguido en Donceles. Los partidos ya se pusieron de acuerdo en lo general, quedando temitas en los que buscarán patalear en la sesión de hoy, pero no se esperan grandes modificaciones. Después de este día, los legisladores se podrán sumar al Guadalupe-Reyes, que recién inició.