JP Morgan dijo que Trump está 'copiando' al peronismo argentino... en lo económico
El banco estadunidense advierte a sus clientes que el proteccionismo y los déficits de Trump emulan al peronismo argentino y añaden presión a un dólar ya 8 % más débil frente al euro.

No, no está sonando la "Marcha Peronista" de fondo... pero la práctica de vincular el populismo latinoamericano con la política estadunidense suele reservarse a columnistas incendiarios, no a los despachos de Wall Street. Por eso, el “2025 Mid-Year Outlook” de JP Morgan Private Bank sacudió esta semana a operadores y diplomáticos con una frase lapidaria:
“El riesgo para los mercados es que los responsables de política económica en Estados Unidos repitan los errores de líderes latinoamericanos como el expresidente argentino Juan Domingo Perón”.
El informe —distribuido a clientes de alto patrimonio— sostiene que la segunda administración Trump está adoptando recetas “peronistas”: “proteccionismo, falta de independencia de los bancos centrales y un mayor desprecio por la estabilidad macroeconómica”. La advertencia llega cuando el billete verde acumula un retroceso de casi 8% frente al euro y cuando el Congreso debate un paquete fiscal de 3.8 billones de dólares que, según la Oficina de Presupuesto del Congreso, podría inflar la deuda —ya de 36.2 billones— durante la próxima década.

Tres fantasmas: aranceles, Fed politizada y déficit
Para el banco, el paralelismo Trump-Perón arranca en la guerra arancelaria. “El despliegue de aranceles y la incertidumbre de la política comercial son parte de la historia”, reza el documento; pero el otro pilar es la presión presidencial sobre la Reserva Federal. La Casa Blanca, recuerdan los analistas, ha criticado abiertamente a Jerome Powell cada vez que los tipos de interés no acompañaban los objetivos políticos.
La tercera pata es fiscal. Grace Peters, codirectora de estrategia de inversión de JP Morgan Private Bank, declaró que “el dólar parece enfrentarse hoy a más riesgos potenciales a la baja que en décadas anteriores, tanto por la implementación de aranceles y la incertidumbre comercial, como por el riesgo de un fuerte incremento del déficit.”.
El propio Jamie Dimon, consejero delegado de JP Morgan Chase, amplificó la preocupación en público esta semana: advirtió sobre la “complacencia extraordinaria” de los mercados y subrayó que la probabilidad de que Estados Unidos acabe en “alta inflación y estanflación […] es un poco mayor de lo que otros piensan.”. El megabanquero ve “elevados” los riesgos geopolíticos y duda de que la economía absorba nuevas rondas arancelarias sin resentirse.
No es sólo JP Morgan. La calificadora Moody’s rebajó este mes la nota soberana de Estados Unidos a Aa1, sumándose a los recortes de Fitch y S&P en 2023 y 2011. El argumento: explosión del déficit y desgaste institucional. Cada rebaja aumenta el costo de financiar la deuda: justo lo que 'histeriza' al dólar. “Los inversores están preocupados por la estabilidad estructural de la economía estadunidense”, resume el Outlook.

Trump es más 'peronista' de lo que parece
¿Por qué citar a Perón? El tres veces presidente argentino impuso en los años 40 y 50 aranceles, controles de precios, expansión del gasto y subordinación del banco central, políticas que derivaron en inflación crónica y devaluaciones sucesivas. Sin embargo, una de las mayores pregonas en el peronismo —tanto clásico como moderno— es defender la industria, al trabajador y el empleo local.
Las políticas de Trump están basadas en Onshoring; es decir, el implica mover una operación productiva que se trasladó al extranjero de regreso al país desde el cual se reubicó originalmente, para evitar no solo crisis sanitarias sino la débil gobernanza internacional, costos de capital en aumento, guerras comerciales y otros riesgos debido a la inestabilidad geopolítica.
Sin embargo, para JP Morgan, el espejo funciona como advertencia ante la tentación de utilizar al dólar como arma comercial y la Fed como palanca electoral.
“Era irónico que tales políticas estuvieran perjudicando a Estados Unidos mientras algunos países latinoamericanos estaban progresando gracias a las reformas económicas,” señala la nota. De hecho, el banco asegura que “muchas economías latinoamericanas han realizado progresos sustanciales en estos ámbitos, justo cuando los participantes del mercado cuestionan cada vez más la credibilidad económica de Estados Unidos.” (Clarín). México, Brasil y Chile, por ejemplo, han blindado la autonomía de sus bancos centrales y reducido déficits.
¿Pronostica JP Morgan un desplome de la divisa? No exactamente. El Outlook concluye que “no esperamos en absoluto un colapso”; el efecto red del dólar —60 % de las reservas, 65 % de la deuda internacional, 85 % de los pagos comerciales— sigue firme. Pero el banco sí prevé más depreciación y aconseja diversificar portafolios: “Seguimos siendo escépticos sobre la sostenibilidad de esta reciente recuperación del dólar”, apunta Claudio Wewel, estratega de J. Safra Sarasin, citado por El País.
Una moneda más débil abarata exportaciones —objetivo declarado por Trump—, pero encarece el servicio de la deuda y erosiona el “privilegio exorbitante” de financiar déficits en la propia divisa. JP Morgan teme que esa ecuación alimente un círculo vicioso: mercados exigen más premio para sostener bonos del Tesoro y el Tesoro emite aún más.
En el Capitolio, los republicanos apuran votos para una ley que —según CBO— sumaría 3.8 billones al déficit en diez años. El paquete mezcla recortes de impuestos, exenciones sobre propinas y gasto fronterizo: un “combo” que encarna la agenda populista-fiscal. “Los inversores también están preocupados por las perspectivas fiscales […] en medio de una posible legislación que podría aumentar sustancialmente el déficit”, alertan los economistas del banco (Clarín).
Los paralelismos con Perón se vuelven más nítidos: políticas expansivas, subsidios sectoriales y nacionalismo económico financiados a crédito, hasta que el crédito se agota.

¿Peronismo 'Made in USA'?
Las comparaciones históricas siempre son imperfectas, pero el informe de JP Morgan coloca a un ícono del peronismo en el centro del debate sobre la sostenibilidad fiscal estadunidense. Y lo hace desde dentro: no es un think-tank europeo ni un banco chino, sino la mayor entidad financiera de Estados Unidos.
La “ironía” —subraya el documento— es que, mientras Washington copia líneas del manual latinoamericano, varias capitales en el Cono Sur ensayan ortodoxia fiscal y reformas de mercado que antes renegaban. Concluye JP Morgan: “El papel principal del dólar en el comercio mundial no cambiará, pero la confianza no es infinita. Un populismo prolongado podría acelerar un proceso gradual de diversificación”.
El Outlook se titula “Comfortably Uncomfortable” —“cómodamente incómodos”— y esa parece ser la sensación final: la hegemonía del dólar no corre peligro inmediato, pero la suma de aranceles, déficits y presiones políticas sobre la Fed está agrietando la pared. Volver a mirar a Perón, al menos dentro de la ologarquía estadunidense, no es homenaje histórico: es, para JP Morgan, una sirena en Wall Street que advierte de los ecos populistas en la superpotencia. Queda por ver si quienes deciden en Washington oyen ese llamado.
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