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Retrato Hablado. Georgia Meloni: de joven, Hobbit, de adulta radical

Fanática de El señor de los anillos, de la Historia sin fin y de otras obras relacionadas con la fantasía, la próxima primera ministra de Italia inició su camino en la política desde los 15 años cuando se afilió al posfacista Frente de la Juventud

Jason Horowitz c.2022 The New York Times Company | 02-10-2022
Giorgia Meloni
Cuando era activista juvenil del Movimiento Social Italiano posfascista, ella y su grupo de militantes, con apodos como Frodo y Hobbit, veneraban el Señor de los anillos y otras obras del escritor británico J.R.R. Tolkien. Ilustración: Jesús Sánchez



 

ROMA.— Giorgia Meloni, la líder de ultraderecha que se encamina a ser la próxima primera ministra de Italia, solía disfrazarse de hobbit. Cuando era activista juvenil del Movimiento Social Italiano posfascista, ella y su grupo de militantes, con apodos como Frodo y Hobbit, veneraban el Señor de los anillos y otras obras del escritor británico J.R.R. Tolkien. Acudieron a escuelas vestidos como personajes. Se reunían “al sonido del cuerno de Boromir” para charlas culturales. Asistió a un Campamento Hobbit y cantó con la banda folclórica extremista Compagnia dell’Anello (o Comunidad del Anillo).

Todo esto podría parecer un apasionamiento juvenil por una obra que suele asociarse a la fantasía-ficción y a las epopeyas de gran presupuesto más que a la militancia política.

Pero en Italia, El señor de los anillos ha sido durante medio siglo un pilar sobre el que los descendientes del posfascismo reconstruyeron una identidad de extrema derecha, buscando en una era mítica tradicionalista símbolos, héroes y mitos de creación libres de tabúes fascistas.

Creo que Tolkien podría decir mejor que nosotros en qué creen los conservadores”, afirmó Meloni, de 45 años. El señor de los anillos no sólo era su serie de libros favorita, además era un texto sagrado. “No creo que El señor de los anillos sea fantasía”, aseveró.

El universo agrario de Tolkien, repleto de personajes buenos y virtuosos que defienden sus idílicos y boscosos reinos de hordas de oscuros y violentos orcos, ha suscitado durante décadas el debate de académicos y centros de convenciones sobre los prejuicios raciales e ideológicos del autor, su visión de la modernidad y la globalización. En fechas más recientes, sus obras también han proporcionado un terreno fértil a los nacionalistas que se ven reflejados en sus arquetipos heroicos.

Meloni, de la coalición de ultraderecha Hermanos de Italia, pidió un bloqueo naval contra los migrantes ilegales y advierte a sus seguidores sobre las fuerzas conspirativas oscuras de los banqueros internacionales.

Leyó por primera vez a Tolkien, un conservador que alguna vez dijo que Hitler era un “pequeño ignorante rubicundo”, a los 11 años. Se convirtió en fanática de la fantasía.

En sus 20, apareció en las salas de chats de internet con el apodo Khyri, y se hacía llamar “pequeña dragona de la subred italiana”.

Como ministra de gobierno en 2008, Meloni posó para un perfil de revista junto a una estatua del mago Gandalf. En 2019, homenajeó a un personaje de manga, el Capitán Harlock, el “pirata espacial”, como “símbolo de una generación que desafió la apatía y la indiferencia de la gente”.

El mes pasado, lamentó que su apretada agenda de campaña le impidiera protagonizar la nueva serie de Amazon Los anillos de poder.

Pero los intereses de Meloni por el otro mundo tienen tanto que ver con la política como con el gusto personal.

El género fantástico siempre ha sido cultivado por la derecha italiana”, comentó Umberto Croppi, antiguo miembro del Movimiento Social Italiano que ahora es director de una asociación nacional de agencias privadas y públicas en la industria cultural de Italia. Comentó que los dos mundos compartían “una visión de espiritualidad contra el imperialismo, una visión metafísica de la vida contra las formas del mundo moderno”.

Cuando Meloni hizo su aparición como activista adolescente en el Frente Juvenil en Roma en la década de los 90, la extrema derecha —en particular en la capital— seguía con una mentalidad cerrada y luchaba por romper con la generación anterior.

Francesco Lollobrigida, líder del partido de Meloni, Hermanos de Italia (además de su cuñado), comentó que él y otros desde los 80 deseaban “romper con los patrones de un partido que todavía tenía en su interior a personas que habían vivido la República Social Italiana, el Estado donde se gestó el fascismo”.

Meloni, sentada frente a él, asintió.

Teníamos el deseo de distanciarnos de eso”, comentó.

La nacida en Roma, quien parece decidida a tomar su propio anillo de bronce tras décadas en la trinchera política, afirmó que su comprensión del poder y de cómo corrompe y aísla a las personas estaba “muy vinculado con la lectura de Tolkien”.

Considero que el poder es muy peligroso. Lo considero un enemigo y no un amigo”, concluyó.

La polémica sigue desde su adolescencia a esta política, cristiana y madre de una hija. A los 19 años dio una entrevista a la televisión francesa en la que afirmó: “Creo que Mussolini era un buen político. Todo lo que ha hecho lo ha hecho para Italia, y esto no lo encontramos en los políticos que hemos tenido en los últimos 50 años”.

Su ascenso fue rápido. A los 29 años ya era vicepresidenta de la Cámara de Diputados. Dos años después, Silvio Berlusconi la nombró ministra de Juventud.

Y fue en 2012 que fundó su propio partido, Hermanos de Italia, por el que ahora gobernará Italia.

 

 

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