Pasión por el haikú; Martha Madrigal, nuevo libro

CIUDAD DE MÉXICO.

La antología poética Cónclave de signos, de la poeta y cuentista Martha Madrigal (1929), recopila algunos de sus mejores poemas. Esta selección se divide en seis estaciones: Me gusta escribir poesía, Cónclave de signos, Los chiquillos, Poesía mística, Enamorada travesía y Otros poemas.  

En entrevista con Excélsior, la escritora habla sobre sus inicios como cuentista y su pasión por la poesía, especialmente por el haikú. “Comencé escribiendo cuentos. Recuerdo que los primeros se publicaron en la hoy desaparecida revista Jueves de Excélsior. Ignacio Solares, quien en ese entonces la dirigía, me animó mucho a publicar”, asegura.

La poesía llegó después del fallecimiento de mi esposo, quien murió a los pocos años de habernos casado. Hice una esquela con algunos versos y gustaron mucho, sobre todo entre las viudas. De ahí, comencé a escribir poemas”, evoca.

Condecorada en un concurso de haikús convocado por la Embajada de Japón en México, en el que el jurado estaba integrado por escritores de la talla de Octavio Paz, Sergio Mondragón y Sergio Kumate, Madrigal continuó escribiendo estos breves poemas.

Es cierto que prefiero las formas clásicas. Aunque escribo endecasílabos, octosílabos, sonetos y décimas, el haikú me gusta y se me facilita mucho”, explica.

Cuando se abrió la convocatoria para un concurso de haikús, en el que uno de los jurados era Paz, mi hija me incitó a escribir. Se me facilita mucho más esta forma breve de poesía; es un género que me hace soñar, que me eleva”, dice.

Entre mística, erótica y amorosa, la poesía de Madrigal es el resultado de sus obsesiones y gustos literarios. “Me gustan los clásicos: Quevedo, Góngora, Santa Teresa, Sor Juana Inés; y la poesía mística, porque soy una mujer creyente de Dios, que es un tema que me apasiona y he escrito libros sobre la mística, aunque también he hecho algunos sobre el amor y el erotismo”, confiesa.

Los poemas incluidos en Cónclave de signos, por supuesto, no son todos los que he escrito. Aquí, el editor Rubén Mendieta, de Ediciones del Lirio, eligió e hizo una selección, muy buena por cierto, de mis poemas. También conté con un gran prólogo de la poeta e investigadora Becky Rubinstein”, asegura la autora.

En Cónclave de signos, Madrigal, quien ha emprendido una serie de lecturas de sus versos acompañada por el flautista Horacio Franco, entreteje la tradición oriental y occidental, sin que cada una pierda su misticismo y hermetismo poético. Juego de palabras, de metáforas y de nostalgia son características de esta reunión de poemas.

A sus 91 años, doña Martha sigue muy activa, pues asegura que tiene en mente un libro de cuentos. Llena de enorme lucidez, señala que ha dejado algunos libros de poesía que le parecen buenos. “Escribí un libro de poesía mística, el cual está muy bien logrado. Pero, sin duda, es el haikú en el que me siento mucho mejor (y recita de memoria): ‘mariposas dormidas/fingen sobre la tapia/las buganvilias’. Creo que es una buena imagen.    

Al quedar viuda, la prioridad fueron mis hijos, por lo que no me dediqué completamente a escribir. Sin embargo, siempre escribí poesía porque me permite llegar a una profundidad y a sentimientos hondos. Gracias a la poesía he viajado y he conocido diferentes países.

He ido a España, por ejemplo, a leer mi poesía junto con Horacio Franco. Sin duda, el acompañamiento de la flauta con la poesía es bellísimo”, concluye.