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Expresiones

Mario Vargas Llosa celebra medio siglo de una novela catedralicia

"Si tuviera que salvar a uno de mis libros, salvaría Conversación en La Catedral; trabajé más de tres años en ella, el primer año no tenía idea de su estructura”, confesó anoche el escritor peruano-español

Virginia Bautista | 01-12-2019
Mario Vargas Llosa charló ayer en Guadalajara sobre la vigencia de una de sus novelas mayores. Foto: Notimex
Mario Vargas Llosa charló ayer en Guadalajara sobre la vigencia de una de sus novelas mayores. Foto: Notimex

CIUDAD DE MÉXICO.

Si tuviera que salvar a uno de mis libros, salvaría Conversación en La Catedral porque, de todas las novelas que he escrito, es la que más trabajo me costó”, confesó anoche el escritor peruano-español Mario Vargas Llosa.

Trabajé más de tres años en ella. El primer año no tenía idea de su estructura. Me sacó las canas que tengo. En ninguna había trabajado en esa oscuridad. Organizar tanto material, muchos personajes, regiones. Es una sensación que no he vuelto a tener”, agregó el Nobel de Literatura 2010.

Publicada en 1969 por el sello Seix Barral, la tercera novela del narrador de 83 años volvió famosa la frase “¿En qué momento se había jodido el Perú?”, que dice el periodista que protagoniza esta historia que hurga en el clima de pesimismo en que vivía el país sudamericano corrompido por la dictadura.

En una mesa dedicada a analizar la vigencia de la obra y a celebrar el medio siglo de su primera publicación, Vargas Llosa aclaró que, a diferencia de la época que la inspiró, “en la América Latina de nuestros días ya no hay esas dictaduras militares. Ahora hay dictaduras ideológicas, pero existe en general un rechazo de las dictaduras militares que en esa época había en todo el continente”.

Detalló que esa dictadura tuvo “un efecto cataclísmico en mi generación; es decir, dura ocho años y pasamos la adolescencia, la formación de nuestra personalidad, en un sistema represor y corrupto. La idea no era contar la historia del golpe militar, sino mostrar los efectos que tenía la dictadura en la vida no política, la manera como afectaba a las familias, la vida profesional”.

El también cuentista y ensayista narró que en 1953, cuando entró a la universidad, ésta tenía estudiantes presos, en el exilio o muertos. “Existía un clima de inseguridad y sospechas. Los policías estaban inscritos como alumnos. La vida política peruana transcurría en la clandestinidad. Lo más grave era la profunda corrupción”.

Destacó que pinta “un clima de desencanto, pesimismo, sensación de vivir en un túnel buscando la salida sin encontrarla. El periodista dice que en un país como Perú, el que no se jode, jode a los demás. El éxito sólo se consigue jodiendo a los otros. Él ha renunciado al éxito, ha aceptado una vida mediocre, pobre, marginal, porque tiene esa creencia tristísima”.

Indicó que a la hora de escribirla eludió sistemáticamente la brillantez. “Es una novela escrita sin brillantez, los adjetivos llamativos, lo que distrae al lector está desaparecido. Tiene un lenguaje más bien gris, de plomo, porque lo que quería contar era incompatible con el lucimiento formal. Esto no me ha ocurrido en otras obras”.

Aseguró que escribió Conversación en La Catedral en París, cuando era periodista en la radio y la televisión francesa. “En mis novelas siempre hay experiencias personales muy transformadas, pero esa raíz, que es la experiencia vivida, es la materia prima de lo que he escrito”.

Concluyó que hoy en el periodismo hay más libertad, pero que también existen las fake news, mentiras que la sociedad no debe creer.

 

 

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-Virginia Bautista

 

cva

 

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