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Expresiones

Federico Silva: Rebeldía y duelo en la mirada

El artista falleció horas antes de la inauguración de una exposición retrospectiva de su obra en Bellas Artes

JUAN CARLOS TALAVERA | 01-12-2022
El artista plástico mexicano Federico Silva recibió un homenaje la noche de ayer en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes. Presidió la ceremonia la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto. Fotos: Karina Tejada/ Cortesía INBAL

 

Polifacético, cambiante y un rebelde contra sí mismo. Así fue el escultor, pintor y grabador mexicano Federico Silva (1923-2022) quien falleció ayer a los 99 años, a unas horas de inaugurar su primera retrospectiva en el Museo del Palacio de Bellas Artes, bajo el título Federico Silva, lucha y fraternidad. El triunfo de la rebeldía, que permanecerá abierta al público hasta el 19 de marzo de 2023.

El deceso fue dado a conocer la madrugada de ayer por la Secretaría de Cultura federal, a través de su cuenta de Twitter: “La SC lamenta el fallecimiento de Federico Silva, escultor, pintor, académico mexicano galardonado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 1995, quien fue un gran innovador en las artes plásticas, y deja un legado invaluable al arte contemporáneo

de México”.

Horas después, Lucina Jiménez, directora del INBAL, realizó un recorrido por la muestra y habló sobre su importancia. “Quiero expresar el compromiso que asumimos hace poco más de dos años de hacer una retrospectiva de la obra de Silva, un artista que hasta el último momento de su vida no dejó de experimentar, porque fue un artista que en verdad relacionó su trabajo con la ciencia, la tecnología, y transitó prácticamente por todas las formas de las artes visuales”, expresó.

La muestra incluye 151 piezas, entre pinturas, estudios murales, gráfica, proyectos editoriales, esculturas, aparatos cinéticos, móviles y películas, y recorre un  panorama de la trayectoria del artista de 1940 a 2022.

En entrevista con Excélsior, Xavier de la Riva Ros, cocurador de la muestra explicó que ésta es la primera retrospectiva de Silva en Bellas Artes, la cual incluye los principales periodos artísticos de su vida, realizada en colaboración con el artista.

La exposición se divide en cuatro núcleos:  Del realismo a la abstracción, que narra los inicios del pintor; Subversión por la forma, que corresponde al periodo cinético; Esculpir el tiempo, flechar la luz, que abarca desde 1982 hasta 2003 y Escrituras, ejercicios plásticos recientes, de 2003  a la fecha.

Para esta exposición, Silva hizo tres esculturas ex profeso: Lucha y Fraternidad, que son dos figuras antropomorfas invertidas, y una escultura en plata que quería exhibir en la explanada del Palacio de Bellas Artes, la cual no le convenció y la destruyó, señaló De la Riva Ros.

 

FATIGÓ LAS TÉCNICAS

Previo a la apertura de la muestra, se realizó un homenaje a Federico Silva en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes, donde el crítico Luis Ignacio Sainz Chávez habló sobre el trabajo del artista.

“Una vez más nos reúne Federico Silva, de una manera exótica, y no lo hace porque estemos de luto, porque con él no se puede estar de luto. Es uno de los espíritus más libres, más encomiables y entrañables de nuestra historia plástica; es un hombre que fatigó todas las técnicas y las visitó casi hasta hartarse”.

Y abundó: “(Él) fatigó los lienzos, agotó los cánones de la Escuela Mexicana de Pintura, con la que rompió en las formas, pero jamás con los contenidos, ya que siempre conservó ese grito de independencia y esos ecos sociales que lo alimentaron en cada momento”.

Finalmente, en la ceremonia de cuerpo presente, donde estuvieron Alejandra Frausto, titular de la Secretaría de Cultura federal; Lucina Jiménez, directora del INBAL; Enrique Villa, director del Museo Federico Silva, de San Luis Potosí y Federico Silva Lombardo, hijo del artista plástico, escucharon un breve concierto-homenaje a cargo de integrantes de la Orquesta Sinfónica Nacional, quienes tocaron Sarabanda, de Carl Böhm; Dios nunca muere, de Macedonio Alcalá, y Gavota, de Manuel M. Ponce. Polifacético, cambiante y un rebelde contra sí mismo. Así fue el escultor, pintor y grabador mexicano Federico Silva (1923-2022) quien falleció ayer a los 99 años, a unas horas de inaugurar su primera retrospectiva en el Museo del Palacio de Bellas Artes, bajo el título Federico Silva, lucha y fraternidad. El triunfo de la rebeldía, que permanecerá abierta al público hasta el 19 de marzo de 2023.

El deceso fue dado a conocer la madrugada de ayer por la Secretaría de Cultura federal, a través de su cuenta de Twitter: “La SC lamenta el fallecimiento de Federico Silva, escultor, pintor, académico mexicano galardonado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 1995, quien fue un gran innovador en las artes plásticas, y deja un legado invaluable al arte contemporáneo
de México”.

Horas después, Lucina Jiménez, directora del INBAL, realizó un recorrido por la muestra y habló sobre su importancia. “Quiero expresar el compromiso que asumimos hace poco más de dos años de hacer una retrospectiva de la obra de Silva, un artista que hasta el último momento de su vida no dejó de experimentar, porque fue un artista que en verdad relacionó su trabajo con la ciencia, la tecnología, y transitó prácticamente por todas las formas de las artes visuales”, expresó.

La muestra incluye 151 piezas, entre pinturas, estudios murales, gráfica, proyectos editoriales, esculturas, aparatos cinéticos, móviles y películas, y recorre un  panorama de la trayectoria del artista de 1940 a 2022.

En entrevista con Excélsior, Xavier de la Riva Ros, cocurador de la muestra explicó que ésta es la primera retrospectiva de Silva en Bellas Artes, la cual incluye los principales periodos artísticos de su vida, realizada en colaboración con el artista.

La exposición se divide en cuatro núcleos:  Del realismo a la abstracción, que narra los inicios del pintor; Subversión por la forma, que corresponde al periodo cinético; Esculpir el tiempo, flechar la luz, que abarca desde 1982 hasta 2003 y Escrituras, ejercicios plásticos recientes, de 2003
a la fecha.

Para esta exposición, Silva hizo tres esculturas ex profeso: Lucha y Fraternidad, que son dos figuras antropomorfas invertidas, y una escultura en plata que quería exhibir en la explanada del Palacio de Bellas Artes, la cual no le convenció y la destruyó, señaló De la Riva Ros.

FATIGÓ LAS TÉCNICAS

Previo a la apertura de la muestra, se realizó un homenaje a Federico Silva en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes, donde el crítico Luis Ignacio Sainz Chávez habló sobre el trabajo del artista.

“Una vez más nos reúne Federico Silva, de una manera exótica, y no lo hace porque estemos de luto, porque con él no se puede estar de luto. Es uno de los espíritus más libres, más encomiables y entrañables de nuestra historia plástica; es un hombre que fatigó todas las técnicas y las visitó casi hasta hartarse”.

Y abundó: “(Él) fatigó los lienzos, agotó los cánones de la Escuela Mexicana de Pintura, con la que rompió en las formas, pero jamás con los contenidos, ya que siempre conservó ese grito de independencia y esos ecos sociales que lo alimentaron en cada momento”.

Finalmente, en la ceremonia de cuerpo presente, donde estuvieron Alejandra Frausto, titular de la Secretaría de Cultura federal; Lucina Jiménez, directora del INBAL; Enrique Villa, director del Museo Federico Silva, de San Luis Potosí y Federico Silva Lombardo, hijo del artista plástico, escucharon un breve concierto-homenaje a cargo de integrantes de la Orquesta Sinfónica Nacional, quienes tocaron Sarabanda, de Carl Böhm; Dios nunca muere, de Macedonio Alcalá, y Gavota, de Manuel M. Ponce.

 

 

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