Federico Reyes Heroles: El escritorio como templo y refugio

El novelista y ensayista desentraña los misterios que esconde el espacio donde se crea y el proceso para llegar a él.

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Federico Reyes Heroles, novelista y ensayista.

“Escribir es la mejor forma de entender la vida. Para ello, no hay recetas ni fórmulas mágicas. Por eso, el escritor debe ser dueño emocional del espacio donde crea: su escritorio”, afirma el narrador mexicano Federico Reyes Heroles (1955) en entrevista con Excélsior.

En el escritorio, hay algo de templo, de que ahí puede ocurrir algo fantástico si tú lo propicias, si le das oportunidad al impulso creativo. Es una especie de refugio. En él hay algo de oración inicial”, comenta.

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El novelista y ensayista está convencido de que, al sentarse en el escritorio, el creador debe tener qué decir, saber a dónde va y no estar cansado, ni desvelado, ni enfermo, ni enojado. “Debes sentir el momento en que debes ir al escritorio, no antes. El impulso necesita el cien por ciento de la energía”.

MISTERIOS DEL ESCRITORIO

El proceso creativo, lo que hay detrás de él, la preparación y la disciplina que exige, los hábitos y las manías del autor, por qué y para qué se escribe, de dónde provienen las ideas que alimentan a un escritor y cuál es el motor que impulsa la creatividad, son los temas sobre los que reflexiona en Misterios del escritorio (Taurus).

A sus 69 años, el autor de seis novelas ha decidido ir tras las huellas de creadores en el arte y la ciencia; y propone un recorrido que parte de su experiencia y sigue la pista de otros escritores que sondearon sus propios procesos.

En toda la literatura que hay sobre la literatura y sobre la forma de escribir, lo que queda clarísimo es que se logra un grado de concentración superior”, agrega desde el jardín de su casa de San Jerónimo Lídice.

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Portada del libro Misterios del escritorio.

*TÍTULO: Misterios del escritorio

*AUTOR: Federico Reyes Heroles

*EDITORIAL: Taurus, México, 2024; 235 pp.

No estoy haciendo una apología de la escritura por la escritura misma. El libro no es un halago a la escritura, sino que puentea entre la inspiración. Aporta datos científicos que permiten afirmar que la naturaleza y las vibraciones musicales influyen en la creatividad”, añade.

UNA INVITACIÓN A REFLEXIONAR

El también analista político dice que “lo que busca es despejar algunos misterios o abrir otras pistas. Invita a tomar esta discusión en serio. No es concluyente. Invita a reflexionar, pero deja que el lector saque sus conclusiones”.

Señala que algo que lo sorprendió es que encontró poco sobre que el alcohol ayuda a la creatividad. “Hay todo un mito acerca de esto. Hay borrachos conocidos, pero el escritor debe tener una disciplina feroz. Esto hay que decírselo a los chavos. El alcohol y las drogas no tuvieron el efecto que creíamos en los años 60”.

El profesor universitario admite que las historias están en todas partes y que el periodismo ha nutrido su literatura. “Uno no puede escribir algo que no ha vivido. Hay momentos que se te vienen encima personajes y situaciones que no tenías contemplados. Nos hacían pensar que la trama de la historia era lo principal. Pero lo que hemos descubierto es que son los seres humanos que están detrás de las historias lo que nos interesa”.

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Federico Reyes Heroles.

Reyes Heroles comparte en este volumen, además de sus reflexiones, sus múltiples lecturas, sus autores favoritos, la relación con amigos como Carlos Fuentes, Eraclio Zepeda y Fernando Benítez, y detalles de su viaje literario que comenzó en 1983 con la novela Ante los ojos de Desirée.

En cuanto a su forma de trabajar, detalla que escribe sus artículos y columnas periodísticas en un escritorio, y su literatura en otro. “Requiero de absoluto silencio. No puedo escuchar ni la música que tanto me apasiona, porque si no me gana. Me acerco un café y un poco de agua mineralizada. La lámpara debe estar del lado izquierdo, porque soy diestro. Los lápices a la derecha. Sin celulares ni relojes.

La gente no se da cuenta que escribir requiere de una gran energía física. El oficio es muy exigente. Yo hago ejercicio casi a diario. Pero debo escribir en días que no dé conferencias ni realice mucho ejercicio. Uno debe estar sano para tolerar ocho horas en el escritorio, si lo requiere el impulso creativo”, apunta.

El autor añade que comienza su proceso creativo con notas escritas a mano en una libreta azul; después, redacta la historia en computadora, pero le gusta corregir a mano. Creo que el escritorio es algo trasladable. Yo puedo escribir en aviones o en hoteles, tampoco me cierro. Lo importante es tener algo que decir y saber hacerlo”, concluye.

Misterios del escritorio se presentará el 10 de septiembre, a las 19:00 horas, en la Librería Gandhi Mauricio Achar.

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*mcam