Diálogos de papel con el héroe y el enemigo; Aura García-Junco presentará su más reciente libro

En una novela-ensayo la autora continúa la relación con el escritor marginal Juan Manuel García-Junco, su padre

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PRESENTACIÓN. El libro Dios fulmine a la que escriba sobre mí, de Aura García Junco, se presenta el 1 de septiembre a las 19:00 horas en la Cantina Covadonga, en Puebla 121, colonia Roma, CDMX. Foto: Pável Jurado

¿Es posible reconciliarnos con los muertos a través de sus libros y sus bibliotecas? Para la escritora Aura García-Junco la idea no es un mero ejercicio metafísico, sino un diálogo circular y necesario que logró plasmar en su Dios fulmine a la que escriba sobre mí, su más reciente libro, una suerte de novela-ensayo que dialoga con H. Pascal (Juan Manuel García-Junco Machado), reconocido escritor marginal y promotor cultural que murió en 2019 acompañado de 10 mil libros.

Esa es la pregunta inicial del libro y debemos partir del hecho de que cualquier relación continúa, aunque las persona ya no estén, porque la relación es mucho más amplia que la presencia. En mi caso, siempre encontré algo diferente al escribir este libro y pienso que sí hay una manera de encontrar una reconciliación”, dice a Excélsior Aura García-Junco.

Así que este libro –que será presentado mañana 1 de septiembre a las 19:00 horas en la Cantina Covadonga (Puebla 121, Roma)– me permitió una manera de complejizar a mi padre y crear a un humano donde yo vi, en algún momento, a un héroe y luego a un enemigo; y eso no lo habría logrado si no fuera por la escritura, que fue un proceso de duelo muy profundo”, abunda la también autora de Mar de piedra.

En la primera parte del volumen, la autora explora la biblioteca H. Pascal y revela los nexos que le permiten dialogar con el escritor distante, con el amigo lejano y con el maestro vigente. “Los libros son objetos que tendemos a subestimar y a veces los envuelve una cierta mistificación que puede ser muy elitista. Para mí, los libros son objetos peculiares, especialmente cuando forman parte de una herencia”.

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En esa exploración, abunda, encontró subrayados, libros dejados a la mitad y  vestigios (recibos, papeles y manchas de café) que muestran la trascendencia del objeto, “porque a diferencia de una prenda que se rompe, los libros suelen perdurar a lo largo de nuestras vidas”.

Sin embargo, en la segunda parte del libro, la autora confronta al padre. “Mi padre era un hombre machista; era muy sensible y deseoso de hallar la igualdad social, así que su corazón estaba en el lugar correcto e hizo muchos intentos en su vida por hacer que sus acciones fueran consecuentes con el lugar donde estaba su corazón.

Pero también fue un hombre de su tiempo, educado de una manera, con una historia vital. No es simplemente decir que era un señor machista y (hablar de) la muerte al padre, sino una apuesta por ver su complejidad y sus matices”, concluye.

cva