Conocimiento y formación, Difusión Cultural de la UNAM

CIUDAD DE MÉXICO.

La cultura produce conocimiento, no sólo espectáculo, y puede detonar diálogos entre las diferentes disciplinas sociales a través de la investigación. Difusión Cultural de la UNAM se propone afianzar esta idea, por lo que acaba de crear las unidades Académica y de Investigaciones Periodísticas, que comenzaron a operar en febrero pasado.

La gestora e historiadora de arte Gabriela Gil y el escritor y periodista Emiliano Ruiz, titulares de las unidades, respectivamente, comentan en entrevista con Excélsior que se busca revalorar los procesos culturales, no sólo los resultados, dotarlos de una acción formativa y académica, y capacitar a los estudiantes para que sepan investigarlos.

Por caminos diferentes, la Académica con sede en Ciudad Universitaria y la de Investigaciones Periodísticas en el Centro Cultural Tlatelolco, ambas unidades coinciden en el objetivo de formar públicos a partir de “materiales de calidad” que hagan reflexionar sobre temas como los jóvenes, las mujeres, la inclusión de género, las violencias, la desigualdad, la justicia y la impunidad, especialmente.

10 años tiene de fundada la cátedra Ingmar Bergman en Cine y Teatro, la más antigua

Gabriela Gil explica que la Unidad Académica le dará una gestión formativa a los procesos culturales. “Es decir, la coordinación de Difusión realiza procesos culturales desde hace décadas. La creación de distintas cátedras extraordinarias tiene que ver no sólo con las actividades propias de la difusión, sino también ver a la cultura como un proceso de conocimiento que contribuye al desarrollo de las distintas disciplinas”, comenta.

La licenciada en Artes por la Universidad Central de Venezuela detalla que su misión es “darle una estructura y forma a ese proceso de conocimiento que ha estado vivo, que la cultura se gestione académicamente en algunos casos y, en otros, que tenga un formato donde la universidad y el público lleven adelante una formación continua”.

Dice que, en esta nueva propuesta, sólo cinco cátedras extraordinarias dependen de la Unidad Académica: la Ingmar Bergman en Cine y Teatro –la más antigua, nacida hace diez años–, la Nelson Mandela de Derechos Humanos en las Artes, la Max Aub de Transdisciplina en Arte y Tecnología y dos nuevas, la Rosario Castellanos en Arte y Género y la Inés Amor en Gestión Cultural.

Las otras diez cátedras, agrega, fueron alojadas en las direcciones de su respectiva disciplina: música, danza, artes visuales y literatura. “El subsistema de Cultura de la UNAM es muy amplio y no todo está en CU. Queremos darle visibilidad a esos espacios, contribuciones teóricas y reflexiones críticas que se dan en los recintos que están fuera de la universidad”.

La egresada en Gestión y Políticas Culturales de la Universidad de Barcelona añade que se apuesta por la sinergia. “Que las cátedras dialoguen entre ellas mismas sobre los distintos aspectos de la creación. La cátedra visibiliza desde un ámbito crítico y reflexivo un tema, para que no se quede aislado”.

Destaca que, más que organizar actividades, se sumarán a las ya establecidas. “La oferta es inmensa, en ocasiones competimos con nosotros mismos. Sólo la reforzaremos con seminarios, coloquios y conferencias que formen públicos”.

La maestra en Estudios de Arte por la Universidad Iberoamericana adelanta que consideran la posibilidad de abrir una maestría en Narrativas y crear indicadores para medir no sólo la asistencia, sino los motivos de los espectadores. “Descentralizar y buscar el diálogo”.

EL MÚSCULO JUVENIL

Emiliano Ruiz aclara de inicio que la Unidad de Investigaciones Periodísticas no es académica y que sólo desean ofrecer herramientas. “Es un área que pretende dar un doble servicio a la UNAM. Por un lado, ofrecer a los estudiantes un taller permanente, una redacción donde adquieran habilidades y herramientas periodísticas, que tengan un lugar de convivencia y colaboración con comunicadores experimentados y espacios de publicación”.

El licenciado en Letras Hispánicas por la UNAM detalla que el otro servicio es generar contenidos de calidad y ponerlos a disposición de las plataformas de la coordinación de Difusión Cultural.

Radio UNAM, TV UNAM y las revistas culturales tienen sus parrillas definidas, sus públicos leales y estables. No pretendemos sustituir ni arrasar con lo que está. Es una propuesta desde un músculo juvenil que estamos a punto de definir”, indica.

El maestro en Teoría Política por la University College London señala que este año formarán y trabajarán con 20 becarios, estudiantes de licenciatura o posgrado de la máxima casa de estudios, de cualquier carrera y semestre, que recibirán un apoyo mensual de 2 mil pesos y, a cambio, se les pedirá “un compromiso de trabajo que no afecte sus estudios”.

Estos 20 jóvenes serán seleccionados hoy, de entre los 45 que respondieron a una convocatoria y, posteriormente, unos 30 tomaron un taller de 45 horas presenciales, que concluyó el pasado 6 de marzo, detalla.

El compromiso es darles herramientas para investigar y escribir una historia que, cuando salgan al mercado, tengan un poco de carrera andada. La idea es hacer un periodismo social, cultural y científico”, apunta.

El autor de Ovejas negras, Los hijos de la ira y Obra negra advierte que no competirán con los periódicos por la nota del día, sino que formarán a los estudiantes en trabajos propios, para complementar la oferta con ángulos novedosos.

Lanzaremos un portal que será una de las salidas más importantes de publicación. La ventaja de estar en Tlatelolco es que podemos vincularnos con la comunidad; investigar los grandes temas, pero también encontrar historias en los paseadores de perros o en el kiosco donde se baila zumba”.

El finalista del Premio Internacional de Crónica Anagrama 2019 considera que en abril tendrán ya “un paquete informativo sólido”.