La 9na confundió a Cruz Azul
27 de Septiembre de 2023
• El futbol tiene la peculiaridad de que en un horizonte cercano todo puede salir mal, a pesar de haber hecho las cosas bien.
Como suele suceder con los entrenadores, la histeria mediática provoca que los directivos sean juzgados exclusivamente por los resultados y se ignore la lógica del proceso por el cual se obtuvieron. Hablar de la importancia de ganar es una obviedad que no merece mayor reflexión, sin embargo, el camino por el cual se llega a los títulos es ignorado, a pesar de ser la clave que puede determinar si el éxito fue consecuencia del azar (que tiene un peso importante en el corto plazo porque hablamos de futbol, que no deja de ser un juego de oposición) o de un plan estratégicamente concebido.
El futbol tiene la peculiaridad de que en un horizonte cercano todo puede salir mal, a pesar de haber hecho las cosas bien. Para más singularidad, siempre en referencia a lo inmediato, es posible festejar habiendo gestionado sin una racionalidad altamente profesional. Nuestro sistema de competencia con playoff potencia estas posibilidades.
La pericia de los directivos se manifiesta en su capacidad para abstraerse de la opinión pública para entender cuando los procesos no están agotados, a pesar de que momentáneamente los resultados no están cumpliendo las expectativas y, fundamentalmente, en sus facultades para reflexionar en el éxito. Esto último es lo más difícil.
Estrenando directiva luego de la polémica salida del Billy Álvarez, Cruz Azul festejó un torneo local luego de 23 años. El esperado alirón lejos de catapultar a la institución a recuperar el prestigio que supo obtener en épocas gloriosas como la de don Nacho Trelles, o en conquistas cinematográficas como la del campeonato en León con Carlos Hermosillo como actor estelar, terminó confundiéndolos.
La inmensa alegría que produjo el equipo de Reinoso fue el preludio de una seguidilla de decisiones erráticas que se manifiestan en una estructura organizacional que no hay nadie quien la entienda y mucho menos quien sea capaz de explicar.
Menotti dice que una de las primeras medidas que debe tomar un entrenador es tan sencillo como poner la TV en la sala, el refri en la cocina y el wáter en el baño. Sentido común, darle lógica a la organización. Para la estructura de un club aplica lo mismo. En la Noria urgentemente deberían determinar claramente puestos y funciones para ordenar el desmadre organizativo que se manifiesta en una interacción disfuncional entre asesores, directivos, DT, abogados, parientes, promotores, etcétera, que genera confusión y termina intoxicando el rendimiento del equipo.
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