Debacle
La veneración que tienen los denominados checolovers por Sergio Pérez pierde objetividad.
Desde que descubrí muy niño mi pasión por el deporte y los logros de los representantes de mi país, ninguna información me motiva más que los resultados positivos de nacidos en México que nos hacen vibrar, como pocas cosas.
Siempre, aun cuando conseguir información era muy complicado, pues la tecnología no era ni por asomo la maravilla que hoy tenemos para seguir a los nuestros en sus distintas especialidades por todo el planeta, he tenido la obsesión de buscar a los que participan en el extranjero con los colores de nuestro país.
Nada me alegra más que ver banderas tricolores con el escudo nacional en los principales puestos de cualquier competencia internacional. Es por eso que no puedo ocultar mi inmensa alegría de tener, nuevamente, a un piloto mexicano en la Fórmula 1 como Checo Pérez desde 2011, sin embargo, y a pesar de mi gran afición a la máxima categoría desde los años 70, me es imposible cegarme ante la satisfacción de ver a un compatriota en el gran circo del automovilismo.
Considero que ante la escasez de figuras e ídolos deportivos la veneración que tienen los denominados checolovers por Sergio Pérez pierde objetividad, pues desde mi perspectiva es un ídolo que no corresponde en resultados a tan entregada afición.
En particular lo acontecido en la carrera sprint y la calificación hacia el Gran Premio de Austin el día de ayer resulta por demás decepcionante, una debacle, máxime que su coequipero Max Verstappen ganó la carrera sprint y calificó en la segunda posición para hoy, mientras que el nuestro terminó noveno en la carrera corta, fuera de los puntos, y arrancará la carrera principal desde la décima posición, muy lejos para aspirar siquiera a un podio.
Revisando números, las estadísticas no corresponden a tal devoción de los denominados checolovers, que siempre culpan al equipo o a los ingenieros de los malos resultados, situación que es definitivamente muy alejada de la realidad, sencillamente Pérez no tiene el nivel de Verstappen, por más que sus publicistas quisieran vendernos esa historia.
Pérez es el octavo piloto en la historia de la Fórmula 1 con más carreras iniciadas, con un total de 275, una cifra enorme, ha ganado seis carreras, lo que representa un 2.18% de las iniciadas para ocupar el lugar 50 de los ganadores de esa gran categoría, por cierto, es el que menor porcentaje de triunfos tiene de todos los 49 que le anteceden. No se trata de menospreciar su carrera, sin embargo, se idolatra a un buen piloto, como si se tratara de un multicampeón.
