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El último Grand Slam del año llegó a su fin. Catorce días de un extraordinario espectáculo en las can­chas del impresionante complejo Billy Jean King culminaron con la coronación de Carlos Alcaraz, la joven sensación del tenis varonil, que así amarró el número ...

El último Grand Slam del año llegó a su fin. Catorce días de un extraordinario espectáculo en las can­chas del impresionante complejo Billy Jean King culminaron con la coronación de Carlos Alcaraz, la joven sensación del tenis varonil, que así amarró el número uno en el ranking de la ATP; mientras que, un día antes, Iga Swiatek se consolidó como la mejor jugadora del momento en la WTA.

Dos jóvenes campeones que brillaron en La ciudad que nunca duerme, consolidando un 2022 para recordar, en el que el nacido en Murcia escaló escalafones del circuito profesional hasta llegar a lo más alto tras derrotar en la final a Casper Ruud. Por su parte, la polaca, que ya había ganado Ro­land Garros unos meses atrás para sumar así su segunda corona en la capital francesa, dejó atrás la poca constancia mostrada tras obtener su segundo trofeo en un major, y borró cualquier duda acerca de quién es la principal raqueta de la rama femenil.

Swiatek recuperó la confianza tras su derrota en Wimbledon, que cortó una histórica racha de victorias y de torneos ganados para, paso a paso, acumular victorias en Nueva York. La mentalidad férrea de la jovencita de 21 años (que asumió el rol de principal jugadora del circuito tras el sorpresi­vo retiro de Ashleigh Barty), había sido sacudida luego de acumular varios malos resultados, pero una vez en Flushing Meadows recobró su fortaleza para ir superando los obstáculos.

Una vez que la confianza volvió, la jugadora que dominó la ATP hasta el Grand Slam en Londres también volvió. La velocidad en la cancha hizo su regreso, ese trabajo de pies que la ha hecho fa­mosa fue la perdición de sus rivales y le permite, a pesar de no tener el golpeo más fuerte, llegar muy bien parada, así, cualquier tiro es posible. Ni la ex­traordinaria Ons Jabeur pudo evitar que la polaca conquistara un nuevo trofeo.

Mientras que, con los varones, el fenomenal año de Alcaraz continuó. El español mostró una fortaleza mental impresionante y una condición fí­sica envidiable, ganando tres partidos consecutivos a cinco sets, desde los octavos de final hasta la se­mifinal; y especialmente de resaltar el duelo épico ante Jannik Sinner en los cuartos, quitándose de encima un match point y derrotando al italiano en el mejor partido del US Open, y posiblemente el mejor del 2022. El pupilo de Juan Carlos Ferrero maravilló a todos. Su rapidez es impresionante, su golpeo de pelota, implacable, y fuera de que tiene que trabajar un poco en el primer saque, tiene po­cos huecos en su juego. Lo increíble es que apenas tiene 19 años, razón por la que lo mejor está por venir. Si las lesiones lo dejan tranquilo y el profe­sionalismo mostrado se mantiene, nada debe im­pedir que los triunfos sigan acumulándose.

Ambos son un deleite a la vista para cualquier aficionado al deporte blanco y tienen todo para que su lugar en la cima del tenis no sea pasajero.

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