Hacia una verdadera inclusión en los Juegos Olímpicos
Por Óscar del Cueto*Este tipo de cambio no sólo beneficiaría a los atletas, sino que también enviaría un poderoso mensaje.En las últimas décadas hemos sido testigos de esfuerzos significativos por parte del Comité Olímpico Internacional COI y del Comité ...
Por Óscar del Cueto*
- Este tipo de cambio no sólo beneficiaría a los atletas, sino que también enviaría un poderoso mensaje.
En las últimas décadas hemos sido testigos de esfuerzos significativos por parte del Comité Olímpico Internacional (COI) y del Comité Paralímpico Internacional (IPC) para acercar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Desde 1988, ambos eventos se celebran en la misma ciudad anfitriona, compartiendo instalaciones y enmarcándose en una atmósfera de igualdad y camaradería. Sin embargo, a pesar de estos avances, la verdadera inclusión sigue siendo un sueño lejano. Para lograr una auténtica inclusión es imperativo que los Juegos Olímpicos y Paralímpicos no sólo compartan sede e instalaciones, sino que también se celebren simultáneamente, en el mismo espacio y tiempo, permitiendo que ambos eventos se integren de manera natural en el imaginario colectivo.
El hecho de utilizar las mismas instalaciones para ambos eventos es un paso en la dirección correcta, pero es insuficiente. Una vez concluidos los Juegos Olímpicos, la ciudad olímpica se desmantela en gran parte, los medios de comunicación se retiran y los patrocinadores reducen drásticamente su presencia. Como resultado, los Juegos Paralímpicos reciben una fracción de la cobertura mediática y del interés del público. Esta separación temporal refuerza la idea de que los Juegos Paralímpicos son un evento secundario, algo que va en contra del principio de igualdad y respeto por el esfuerzo y la dedicación de todos los atletas. Es evidente que esta separación no refleja el verdadero espíritu del deporte, que debe ser inclusivo y representativo de todas las capacidades humanas.
Si verdaderamente queremos una sociedad inclusiva, debemos repensar cómo se organizan estos eventos deportivos de gran escala. Imaginemos un escenario en el que, durante el mismo periodo de tiempo, los atletas olímpicos y paralímpicos compitan lado a lado, con sus eventos intercalados en el calendario deportivo. Este enfoque no sólo garantizaría que todos los atletas reciban la misma cobertura mediática y atención, sino que también fomentaría una mayor comprensión y aprecio por la diversidad del deporte y de los seres humanos. La idea de que atletas de diversas capacidades compitan en las mismas fechas y bajo el mismo techo tiene el potencial de cambiar la percepción pública y llevar la inclusión a un nuevo nivel. Casos como el de Oscar Pistorius, quien compitió en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, y Natalia Partyka, jugadora de tenis de mesa que ha competido tanto en los Juegos Olímpicos como en los Paralímpicos, demuestran que la inclusión es posible y viable en el más alto nivel del deporte. Estos atletas no sólo compitieron en igualdad de condiciones, sino que también desafiaron las percepciones de lo que significa ser un atleta en un contexto de alta competencia. La presencia de estos atletas en ambos eventos ha abierto un debate sobre la necesidad de replantear las estructuras y normas actuales para hacer del deporte un espacio verdaderamente inclusivo.
Además, debemos considerar que la inclusión real se logrará cuando las familias, las comunidades y los espectadores de todo el mundo puedan disfrutar de todas las competencias deportivas, valorando el talento y el esfuerzo de todos los atletas por igual, sin hacer distinciones basadas en capacidades físicas, sensoriales o cognitivas. Al intercalar eventos olímpicos y paralímpicos, el COI y el IPC pueden asegurar que la probabilidad de ver una competencia de un atleta paralímpico sea la misma que la de ver a un atleta olímpico, aumentando así la visibilidad y la aceptación de los atletas con discapacidad. Este tipo de cambio no sólo beneficiaría a los atletas, sino que también enviaría un poderoso mensaje al mundo sobre la importancia de la inclusión y la diversidad en todos los aspectos de la vida.
En última instancia, la verdadera inclusión en los Juegos Olímpicos no se logrará hasta que todos los atletas, independientemente de sus capacidades, compitan en igualdad de condiciones, bajo los mismos reflectores y con el mismo apoyo del mundo entero. Sólo entonces podremos afirmar que el espíritu olímpico realmente celebra a todos los seres humanos en toda su diversidad y capacidad. Es un desafío monumental, pero es también una oportunidad sin precedentes para redefinir lo que significa ser olímpico y para mostrar que el deporte, en su forma más pura, es un reflejo de lo mejor de la humanidad.
El camino hacia la verdadera inclusión es largo y requiere un esfuerzo concertado de todas las partes involucradas, desde los organizadores hasta los espectadores. Sin embargo, es un camino que vale la pena recorrer, ya que en él reside la posibilidad de transformar no sólo los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, sino también la manera en que entendemos y valoramos la diversidad humana en su conjunto. Este cambio es crucial para asegurar que todos los atletas, sin excepción, reciban el reconocimiento, la admiración y el respeto que merecen por sus logros, y que el espíritu olímpico sea un verdadero reflejo de la unidad y la igualdad que todos aspiramos alcanzar.
*Titular de la Unidad de Vinculación Interinstitucional en la Secretaría de Bienestar.
