Alejandro Aguerrebere

Alejandro Aguerrebere
Súper beis

Inmortalidad, olimpismo y arreglo colectivo

03 de Agosto de 2017

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Pocas veces se puede hablar del beisbol con puras historias llenas de gusto, con hazañas, con logros, con ideas incluso…

Observar a las personalidades de los elegidos para la edición 2017 de la inducción al Salón de la Fama del beisbol, en Cooperstown, Nueva York, es simplemente algo grandioso.

Es hasta vano pretender establecer un criterio sobre quién de ellos ha sido más importante, pues lo mismo un comisionado, un directivo, un cátcher, un toletero, un velocista, aparecieron felices y sonrientes para una postal inolvidable.

La verdad que el beisbol necesitaba noticias alegóricas así, cuando es un hecho que ni el Rey del hit (Pete Rose) ni el del cuadrangular (Barry Bonds) ni el del premio Cy Young (Roger Clemens) han “ingresado” a un recinto en el cual, ciertamente, están con su placa variados personajes de dudosa reputación.

Como sea, observar la foto con el gran cañonero Jeff Bagwell (librando las sospechas), el estelar Iván Pudge Rodríguez (también librando las suyas), el excomisionado Allan H. Bud Selig, y el genio llamado John Schuerholz, es algo lo cual mueve a esperanza beisbolera.

Cada uno de ellos, sumó bastante a la causa de un mejor deporte espectáculo, sobre todo un exdueño de equipo (Milwaukee) como Selig, saliendo avante a una era “post esteroides” y dejando las arcas de MLB con altísimo crecimiento, presupuesto y, lo mejor, tecnología vanguardista.

Ya si al día de hoy se sospecha con tantos cuadrangulares en la actual temporada, si señalan (por sustancias) a Adrián Beltré después de su imparable tres mil… ésa es la dinámica de esta era de la sobreinformación.

 ¿Supervivencia internacional?

Pareciera increíble, pero las designaciones de sedes para Juegos Olímpicos correspondientes a 2024 y 2028 no son un reto verdadero para el beisbol.

Se queja algún sector en Estados Unidos de que se debió nombrar a la ciudad de Los Ángeles para 2024 y no a París, con base en la decisión “previa” anunciada por el Comité Olímpico Internacional.

Pareciera ideal para el beisbol en general que, después de Tokio 2020, dos ciudades con declarado interés por la pelota, tuvieran al diamante en la Carta Olímpica como inmejorable plataforma.

Empero, MLB debe observar la gran oportunidad para expandir el negocio en Europa con París 2024, quizás hasta mover su oficina de Londres, la cual ya operaba durante la edición olímpica de 2012.

La gran pregunta es: ¿veremos a los verdaderos caballos Ligamayoristas en Tokio, París y Los Ángeles?

Estaría ahí la supervivencia de un Clásico Mundial de Beisbol sin mucha expectativa para su (¿posible?) próxima edición, en 2021.

 Próxima entrega: un análisis minucioso del recién publicado (íntegro) acuerdo colectivo (CBA) entre Grandes Ligas y el sindicato, atentos.

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