Síndrome de Ekbom: ¿qué es y por qué se siente que hay insectos bajo la piel?
El Síndrome de Ekbom es un trastorno donde la mente crea la convicción de tener insectos bajo la piel. El diagnóstico preciso permite que los pacientes recuperen su tranquilidad

Sentir que pequeños insectos caminan bajo la piel y pican sin cesar, aunque nadie más logre verlos, define la experiencia del Síndrome de Ekbom. Este trastorno ocurre cuando la mente genera la convicción de una plaga inexistente pero percibida como real.
No se trata de una picazón pasajera, sino de una creencia inquebrantable que impulsa a buscar ayuda con el dermatólogo de forma incansable. Quienes lo padecen suelen recolectar pelusas o restos orgánicos con la certeza de que son pruebas del parásito, fenómeno denominado "signo de la caja de cerillas".
Este padecimiento vincula la dermatología con la psiquiatría y merma la calidad de vida. Para comprender este misterio médico, resulta fundamental conocer sus claves principales y características distintivas.

¿Qué es el Síndrome de Ekbom?
Este trastorno delirante se caracteriza por la certeza absoluta de sufrir una infestación por parásitos. Se ignora toda evidencia médica contraria porque la percepción sensorial dicta una realidad distinta a los afectados.
Se experimenta "formicación", una sensación física de hormigueo, pinchazos o mordeduras bajo el tejido cutáneo que provoca desesperación. Esta alucinación táctil posee tal potencia que guía cada una de las acciones cotidianas del individuo.
A continuación, se presentan las características del Síndrome de Ekbom, de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y la revista International Journal of Molecular Sciences:
- El signo de la caja de cerillas: Los pacientes presentan muestras de hilos o residuos en contenedores con la convicción de que son los causantes del mal. Se busca validar el dolor físico con evidencias que solo la mente interpreta como biológicas.
- Perfil habitual: Aunque afecta a cualquier persona, es más frecuente en mujeres de mediana edad que viven en aislamiento social. La soledad suele potenciar la fijación en estas sensaciones corporales extrañas.
- Deterioro funcional: La obsesión por la limpieza y la eliminación de la supuesta plaga consume tanto tiempo que se abandonan las relaciones y el trabajo. La vida gira en torno a una amenaza que no existe fuera de los pensamientos.

¿Qué causa el Síndrome de Ekbom?
La ciencia sugiere que este delirio inicia debido a un desequilibrio químico en el cerebro. Una disfunción en el transporte de dopamina altera la percepción sensorial, lo que transforma impulsos nerviosos en la sensación de insectos.
Rara vez se presenta de forma aislada; a menudo es la señal de otros problemas de salud mental que actúan como detonantes. Estas son las condiciones psiquiátricas que frecuentemente abren la puerta a este padecimiento:
- Esquizofrenia: El delirio de infestación se integra dentro de un cuadro psicótico más amplio. Es una de las causas secundarias más comunes que requiere atención especializada.
- Trastorno Bipolar: Durante las fases maníacas, los desequilibrios químicos desencadenan estas alucinaciones. La mente procesa erróneamente cualquier estímulo táctil debido a la aceleración del pensamiento.
- Depresión Mayor: En casos severos, la tristeza profunda se manifiesta a través de esta creencia somática. Se siente que el organismo está enfermo o sucio, proyectando el dolor emocional sobre la propia piel.
- Ansiedad: Los niveles extremos de estrés hacen interpretar sensaciones normales como pruebas de una plaga. La obsesión por la higiene evoluciona hasta convertirse en una convicción delirante.
- Demencia: En adultos mayores, enfermedades como el Alzheimer inician con este tipo de delirios táctiles. El cerebro pierde la capacidad de distinguir estímulos reales de falsas alarmas neuronales.
Existen también causas físicas externas. El abuso de sustancias como la cocaína genera los denominados "bichos de droga". También influyen la diabetes, fallos en la tiroides o deficiencias graves de vitamina B12.

¿Cuáles son los tratamientos para el Síndrome de Ekbom?
El primer paso no consiste en la administración de fármacos, sino en escuchar y validar el sufrimiento sin juicios. El personal médico busca ganar la confianza de los pacientes para que acepten ayuda sin sentir que se cuestiona su cordura de forma abrupta.
La recuperación es una meta alcanzable cuando se rompe el estigma. Con la intervención adecuada y empatía, las personas logran deshacerse de esas percepciones invisibles y recuperar la paz mental necesaria para su bienestar.
Estos son algunos tratamientos del Síndrome de Ekbom, de acuerdo con las fuentes mencionadas:
- Antipsicóticos: El tratamiento incluye dosis bajas de fármacos que regulan la dopamina. Estos ayudan a disolver el delirio, permitiendo que las sensaciones de insectos desaparezcan de forma gradual.
- Tratar la raíz: Si el síndrome es secundario, es indispensable controlar la diabetes o suplementar vitaminas. Sanar la condición de base es el camino más directo para que la piel deje de percibir ataques.
- Cuidado dermatológico: Se atienden las heridas causadas por el rascado compulsivo. Curar la piel evita infecciones reales y ayuda a sentir alivio físico mientras sana la mente.
- Apoyo integral: La terapia y el respaldo familiar son fundamentales para romper el aislamiento. De este modo, es posible retomar la vida cotidiana y obtener herramientas para gestionar la ansiedad de manera saludable.
Aunque el camino hacia el diagnóstico suele ser prolongado, la recuperación es viable con la intervención adecuada. Con empatía y tratamiento, los pacientes pueden finalmente liberarse de esos insectos invisibles.

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