2026: transición global y México ante sus desafíos

El mundo cierra 2025 inmerso en una etapa de incertidumbre. Nunca desde la Segunda Guerra Mundial se había registrado un número tan elevado de conflictos armados activos. Guerras como la de Ucrania, la terca violencia en diversas áreas de África y Medio Oriente, así como las tensiones comerciales se entrelazan con la disputa global por la hegemonía tecnológica. Este entorno ha afectado inversiones y cadenas productivas internacionales, en un contexto de crecimiento económico mundial moderado e inferior al de años previos, con impactos tanto en economías avanzadas como en mercados emergentes.

Este año se consolidó el avance exponencial de la inteligencia artificial. Sus aplicaciones han democratizado oportunidades inéditas, pero también han abierto debates sobre su uso ético, la sustitución de empleos y la creciente brecha entre los países líderes en este tema y aquellos que se rezagan. Paralelamente, la pobreza y el hambre continúan concentrándose en regiones golpeadas por conflictos armados, crisis climáticas, debilidad institucional y desigualdades históricas, particularmente en zonas de África y Asia.

En el panorama político de nuestra región, la interrogante central es si continuará el giro hacia la derecha en los procesos electorales de 2026 en países como Brasil, Colombia, Costa Rica, Haití y Perú, siguiendo la tendencia observada recientemente en las elecciones presidenciales de Honduras y Chile, y anteriormente en Bolivia y Argentina.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advierte que el área concluye el año con un crecimiento bajo y atrapada en una dinámica de estancamiento estructural. Para México, si bien se reconoce la estabilidad macroeconómica y la disminución de la pobreza, la desaceleración obedece en buena medida a la fuerte dependencia de la economía estadounidense, así como a la debilidad de la inversión y la productividad internas. A ello se suman los retos para la relocalización de cadenas productivas: cuellos de botella en electricidad y agua, además de la escasez de mano de obra calificada. No puede omitirse la necesidad de fortalecer el Estado de derecho y evaluar el desempeño del nuevo Poder Judicial, que sigue bajo escrutinio.

Los desafíos para México son enormes, pero también lo son las oportunidades. El país cuenta con una amplia red de acuerdos comerciales que abarcan a más de 50 naciones, incluida la Unión Europea, y especialmente el Tratado con Estados Unidos y Canadá (T-MEC), cuyos beneficios ya han sido probados. La revisión de este acuerdo, que está por iniciar, será determinante para que México conserve su posición como principal proveedor del mercado estadunidense. A ello se suma el reto de fortalecer la infraestructura digital y de preparar una fuerza laboral especializada que permita reducir la persistente desigualdad.

En la relación con Estados Unidos será necesario profundizar la colaboración en materia de seguridad y continuar gestionando con eficacia los temas de la agenda bilateral, como el de los gravámenes, ámbito en el que la presidenta Sheinbaum ha negociado exitosamente. Gracias a ello, la tasa arancelaria resultó más baja que la aplicada a la mayoría de los países, lo que permitió ocupar el espacio dejado por los productos chinos sujetos a impuestos más elevados, consideran analistas estadunidenses. Con China, a partir de mañana México aplicará aranceles de hasta 50 por ciento, como lo hará con todos los países con lo que no existe acuerdo de libre comercio.

El año 2026 será decisivo en los ámbitos económico, social y político. Coincidirá la revisión del T-MEC con la maduración de megaproyectos como el Corredor Interoceánico, la aprobación de la reforma electoral por el Congreso y el arranque del proceso de elecciones intermedio. Estarán en juego 17 gubernaturas, casi 700 presidencias municipales y alrededor de mil 500 diputaciones locales y federales. Además de la elección de jueces y magistrados federales y estatales. Será también el periodo de consolidación del estilo personal de gobernar de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien deberá equilibrar la conducción de su administración, la unidad de su movimiento y alianzas, al tiempo de serenar a quienes exigen preservar intacto el legado de la transformación.

CHIAPAS INICIARÁ 2026 A TAMBOR BATIENTE

En este entrañable estado el tiempo apremia. Por ello, el gobierno estatal trabaja a toda marcha para que los momentos favorables que viva México también se traduzcan en oportunidades para la entidad.

Desde los primeros días del nuevo año, el gobernador Eduardo Ramírez tiene previsto impulsar la construcción de obras estratégicas de infraestructura en comunicaciones, la promoción de las ventajas locales y el fortalecimiento del turismo, sustentado en su riqueza natural que es singular, y el reforzamiento de acciones para atender a los municipios con mayores rezagos, sin perder de vista la protección del medio ambiente, la educación y la salud. Todo ello se desarrollará en paralelo con la profundización del proceso de recuperación de la seguridad y la paz social, que ha sido exitoso a un año de iniciado su gobierno y al cual no le dará ni un instante de tregua.

GRACIAS EXCÉLSIOR

Mi agradecimiento a esta casa editorial por el casi centenar de artículos publicados en sus páginas y, sobre todo, a usted, amable lector. Feliz 2026: que llegue cargado de paz, salud, armonía y fraternidad.