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Sincrotrón mexicano, ¿ahora sí?

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

El primer proyecto se lanzó hace 15 años, en 2003. Según especialistas, era una inversión costosísima, sí, pero capaz de generar cuatro pesos por cada peso gastado. Además de ello, permitiría que el país, México, desarrollara uno de esos frentes que tiene casi en el olvido: el desarrollo de tecnologías y de estudio y divulgación de conocimiento científico, que ocupa siempre los últimos lugares en la lista de prioridades presupuestales. Es 2018 y nuestro país todavía no ha concretado la construcción de un sincrotrón, que potencializaría el campo de investigación que lleva años limitado y sufriendo fuga de talentos. ¿Se imaginan? Nuestro propio acelerador de electrones de manera sincronizada, capaz de crear radiación infrarroja y rayos X; y cuya utilidad permite crear imágenes de gran definición de materia muy, muy pequeña.

Sus alcances en materia médica, por ejemplo, son incansables, infinitas: “Es hoy lo que el microscopio fue para la ciencia del siglo XIX: un ojo de cerradura que da acceso visual a un mundo desconocido, porque con él se pueden observar objetos a magnitud de pocos átomos, ver procesos en el interior de una célula o comprender el funcionamiento de la nanotecnología”, dijo Matías Moreno, investigador del Instituto de Física de la UNAM, cuando en 2015 la comunidad científica hizo un segundo intento, tras el fracaso del proyecto presentado en 2003, y organizó una serie de conferencias que tenían la finalidad de interesar a las autoridades, de mostrarles la importancia y el sentido de oportunidad, por no decir urgencia, de incluir a México en la lista de países que desarrollan este tipo de tecnología. En ese entonces, entre los participantes estuvieron no sólo investigadores de la UNAM y el Colegio Nacional, también asistieron Brian Kobilka, Premio Nobel de Química 2012, así como académicos de instituciones educativas como Stanford y Berkeley.

México sigue rezagado en cuestiones tecnológicas. En 2015, la Comunidad de Sicrotrones identificaba a 146 científicos mexicanos que viajaban a EU y Europa a realizar experimentos. Para ellos, contar con una fuente en territorio nacional, no sólo implicaría una logística menos complicada, sino que incrementaría la calidad y velocidad de los trabajos y del número de científicos que tendrían acceso a esta tecnología. Y, con esto, los alcances en áreas tan diversas: el sector alimentario, energético, de la salud, de protección al medio ambiente, en la producción artística, cultural y de conocimiento histórico.

Un sincrotrón produce seis mil horas de luz al año, suficientes para el trabajo que 3 mil investigadores. Su luz es más pequeña de un cabello, pero capaz de generar un haz de electrones que notan vibraciones sísmicas a miles de kilómetros de distancia. Su luz, un millón de veces más intensa que la del sol, se ha convertido en camino de independencia tecnológica en los países que hoy tienen al menos uno en su territorio.

Según el FMI, hasta 2014, EU tenía ocho, Brasil dos, ya construye el tercero, planean dirigirlo al sector de la salud para colaborar en la lucha de enfermedades como el párkinson y el
alzhéimer. Sin embargo, a pesar de las maravillas que la comunidad científica global habla y ha mandado como mensaje a México, esa luz tan potente del sincrotrón se ha topado con la indiferencia de los gobiernos, quienes han preferido que, siendo nuestro país una de las 15 principales economías del mundo, continuemos rezagados en materia tecnológica.

Se asoma una nueva oportunidad: “Estamos impulsando esta posibilidad de que exista un sincrotrón en Hidalgo (...) Vamos a fijar los objetivos y el planteamiento que ya le hicimos al presidente electo, López Obrador, quien lo vio con buenos ojos. “Hidalgo está dispuesto a trabajarlo, a que se haga la inversión. Estamos dispuestos a ofrecer lo necesario para que este espacio de gran ciencia se pueda establecer“,  me dijo ayer Omar Fayad, gobernador de Hidalgo, donde estos días se realiza el Festival Nacional del Conocimiento. El proyecto del sincrotrón en Hidalgo será discutido frente a la audiencia el 25 de noviembre. La disposición está, lo que venga después de esta presentación dependerá sólo de la palabra y voluntad del próximo gobierno.

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