Logo de Excélsior                                                        

¡Quedarnos en casa!

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

 

 

Queremos volver a abrazar a los que amamos. Queremos volver a reír hasta altas horas. Queremos bailar esa canción de Bad Bunny que en la pandemia prometimos compartir con amigos. Queremos reunir a la familia y hacer ese maratón de la serie que sabemos que nos volará la cabeza. Queremos leer junto a los abuelos. Queremos pasar una tarde sentados en el café favorito, en la banca de un parque o caminando por el rumbo. Queremos sentir de nuevo la emoción del tumulto en un concierto. Queremos sentir la adrenalina que sólo se genera en las gradas de un estadio. Queremos desconectarnos del mundo en posición horizontal, con palomitas y refresco dentro de una sala de cine. Queremos conectar de nuevo con un escenario. Queremos hacer el súper, ir al trabajo e ir a hacer los pagos sin atiborrar nuestras manos de gel antibacterial. Queremos salir a la calle sin la molestia de un cubrebocas. Queremos extender la mano sin miedo. Queremos que acercarnos al otro no represente ningún riesgo. Queremos que la distancia no sea asunto obligado ni requisito para encontrarnos, por contradictoria que parezca la idea. Queremos tener de nuevo el control. Queremos, queremos, queremos… Lo queremos todo de regreso, queremos que nuestra vida vuelva a ser lo que era antes, pero ¿qué estamos dispuestos a hacer por ello?

Habitantes de la CDMX amanecieron ayer con un mensaje en su celular. Uno de alerta, incluso uno capaz de generar miedo. No es para menos. “El Gobierno CDMX informa: estamos en alerta por covid-19. Es URGENTE que sólo salgas a lo necesario y siempre con cubrebocas y sana distancia. No hagas fiestas”. Razones importantes se imponen. Cerrar de nuevo la capital del país, no es una decisión sencilla. El gobierno de Claudia Sheinbaum ha buscado las formas de engrosar el alcance de su estrategia frente a la pandemia. Como ninguna otra región del país, ha apostado de manera valiente a las pruebas masivas, a los códigos QR en establecimientos y transporte público. Configuró un esquema de la mano de la tecnología, para que ésta sea una aliada en el rastreo de posibles contagios. Diariamente, la jefa de Gobierno, ofrece mensajes a los ciudadanos, en todos nos pide lo que no tendría que ser razón de dudas o cuestionamientos. Desde luego que hay una gran parte de responsabilidad en el manejo de la emergencia que hacen las autoridades, pero otra gran parte depende de lo que nosotros estamos dispuestos a hacer, a pesar del tanto sacrificio que representa, para que todo eso que añoramos regrese como parte de nuestro cotidiano. 

En el primer día de cierre de la Basílica de Guadalupe, algunos peregrinos libraron los varios retenes colocados en las inmediaciones. Su fe, esa que nadie pone en duda, los llevó a dar la espalda a las medidas sanitarias. Y eso no sólo pone en riesgo su salud, sino la de todos. 

“Si de aquí a Navidad tenemos muchos contactos y finalmente esta es la última Navidad que celebramos con los abuelos, habremos fallado en algo, y eso no puede suceder, señoras y señores…”, dijo Angela Merkel frente al Parlamento alemán hace un par de días. Ese momento, el de la jefa de Estado, la mujer más poderosa del mundo, según Forbes, le dio la vuelta al mundo, porque encierra un mensaje que nos llega a todos.

Quedarnos en casa es hoy lo único que nos mantiene a salvo. Una Navidad en casa, sin fiestas, sin abrazos, para tener muchas más. Podemos hacerlo.

 

Comparte en Redes Sociales