Por el conocimiento
Yuriria Sierra
- Ser alguien que cree en la ciencia o en la certeza que arrojan los datos genera una letra escarlata, porque de inmediato se es colocado del lado de los adversarios.
Leo la noticia: “la Fiscalía General de la República impugna el fallo a favor de los cinco investigadores acusados por delincuencia organizada por el Conacyt…”. Recuerdo también el contexto: en nuestro país, desde hace unos años (o mientras este gobierno ha estado en funciones), ser un librepensador, alguien que cree en la ciencia o en la certeza que arrojan los datos genera una letra escarlata, porque de inmediato se es colocado del lado de los adversarios.
¿Qué país que apuesta al futuro hace de los generadores de conocimiento sus enemigos? Recuerdo entonces más de este caso en particular: estalló en septiembre de 2021, Julia Tagüeña, José Franco, Gabriela Dutrénit, Teresa de León, Marcial Bonilla y otros investigadores, más de treinta en total, fueron acusados de delincuencia organizada, corrupción y lavado de dinero. Todo comenzó cuando, en 2019, el Conacyt cancela el financiamiento que otorgaba al Foro Consultivo Científico y Tecnológico A.C., argumentando irregularidades en la asignación y manejo de los recursos. Los integrantes de este órgano presentaron un amparo ante la Corte que, aunque fue desechado, les dio el apoyo de los ministros: todo se concedió dentro del marco establecido. Esto no detuvo la persecución, pero, hace unos días, un juez falló a favor de cinco investigadores. La fiscalía, vemos, no cesa en su intento por castigarlos.
Reitero, ¿qué país que apuesta al futuro ve a sus generadores de conocimiento como sus enemigos? Tres veces un juez afirmó que no había causa qué perseguir, pero la fiscalía insistió.
Esta otra noticia la llevamos en Imagen Noticias: “El doctor Juan Miranda, mexicano, científico del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, descubrió en su visita a laboratorios de Estados Unidos, que una bacteria, la E. coli, tiene un gen que puede inactivar los efectos nocivos de ingerir azúcar y grasas y está planeando desarrollar un medicamento, en México, como inyección o pastilla, para ganarle la lucha a la obesidad en nuestro país…”, reportó mi compañera Aurora Zepeda. Si este estudio termina de manera exitosa, será un hito histórico a nivel global.
Esto llegó desde Hidalgo: “Diego, originario de Tulancingo, tiene una condición médica de nacimiento en su mano izquierda, que por años lo limitó a algunas actividades. Hoy, sostener objetos con su mano es una realidad para él gracias a una prótesis elaborada por la ingeniera Iridian Cruz…”, según la nota de Paulette Hernández. Esta prótesis, además, se otorga de forma gratuita a quien lo requiere gracias a la labor de la fundación Brazos Firmes. Diego, además, desea prepararse para aportar mucho más cuando sea mayor y ayudar a otros pequeños que viven con condiciones similares a la suya.
México de contrastes: persecución de un lado, pero mucho talento de otro. Ahí está el doctor Miranda y la ingeniera Cruz. Y es por gente como ellos que hay que creer en la ciencia, en los datos, en la investigación. Su labor puede cambiar y salvar vidas.
Comparte en Redes Sociales