Logo de Excélsior                                                        

Consecuencias

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

”Nueve miembros de familia mormona, ciudadanos México-estadunidenses, asesinados al norte de México; Trump ofrece apoyo...”, así encabezó The Washington Post la historia sobre lo ocurrido a la familia LeBarón hace un par de días. No fue el único medio en EUA en llevar el tema en sus primeras planas. Lo mismo hicieron The New York Times, USA Today, The Hill y hasta BreitBart. Las cadenas de televisión hicieron lo propio. Como pocas veces, medios de rigor periodístico tan distinto coincidieron en su cobertura: “Inexplicable y devastador, parientes de luto buscando palabras que ni siquiera pueden acercarse a describir una tragedia de una familia estadounidense en el lado mexicano de la frontera...”, expresó Anderson Cooper del canal informativo con más presencia en el mundo, CNN.

“¿Fue porque los confundieron o fue un ataque deliberado contra estadunidenses?”, preguntaban en Fox News. “Los detalles de este caso son horribles, en especial al saber que niños fueron asesinados en pleno día...”, lamentaron en ABC. Y así, la nota era/es materia de todos los sistemas informativos de EUA. Lo mismo en NBC que en CBS, lo mismo en noticiarios matutinos que en nocturnos.

En suma, uno de los periódicos de más prestigio en el planeta, The Wall Street Journal, publicó una de las editoriales más fuertes hacia nuestro país: “Los cárteles del narcotráfico controlan grandes extensiones del país, y el gobierno de México con demasiada frecuencia está abrumado por el poder de fuego criminal y el dinero (...) La verdad es que México está peligrosamente cerca de ser un Estado fallido (...) La DEA debería ser capaz de identificar y localizar a aquellos que ordenaron los asesinatos el lunes, asegurando que sus muertes serían una señal de que la justicia de Estados Unidos tiene un largo alcance. Una operación militar no puede ser descartada...”.

Y éstas no fueron las únicas frases duras, durísimas hacia nuestro país y su gobierno. En televisión, periodistas también hablaron de un Estado fallido. Como punto más álgido, funcionarios estadunidenses expresaron que la estrategia contra el crimen organizado, aquella de “abrazos, no balazos”, es apenas para un cuento de hadas, como sentenció el senador Tom Cotton. Lindsay Graham aseguró que preferiría ir a Siria que venir a nuestro país. Otros calificaron esa dolorosa postal de la camioneta incendiada en donde viajaban miembros de la familia LeBarón como una imagen digna de un territorio en guerra. 

Y si lo sucedido con la familia LeBarón despertó incertidumbre por las posibles consecuencias, además de las evidentes, Donald Trump nos confirmó que éstas llegaron demasiado rápido. No sólo por la ayuda que ofreció a López Obrador, misma que fue rechazada, ni por la sugerencia de intervención que se leyó en las páginas de The Wall Street Journal, sino por lo que el presidente de EU expresó y que será pólvora rumbo a su reelección: “Cuando ves lo que está pasando del otro lado de la frontera, la gente está empezando a decir, ‘quizá él tiene razón sobre el muro, quizá tiene razón sobre la necesidad de tener una frontera muy fuerte’...”, dijo ayer en la Casa Blanca. Es claro que el combate al crimen organizado y la violencia que éste genera es un tema rebasado para nuestras autoridades. El Presidente de México debe ahora también pensar en un plan que asegure que la proyección de México en el mundo va mucho allá de la violencia.

Porque no sólo fueron medios en EU sino también The Guardian en su versión semanal dedicó su portada a los 100 asesinatos diarios que se cometen en nuestro país. López Obrador debe aprender que la imagen de nuestro país importa y mucho, porque de ella dependen varios sectores. Deberá entender la necesidad de salir no sólo de Palacio Nacional, sino del país para afianzar sus lazos con otras naciones. Por fortuna, hoy el gobierno tiene figuras como Marcelo Ebrard, quien ha dado la cara ante sucesos como éstos, que dimensionan las repercusiones de lo ocurrido a la familia LeBarón, como lo hizo cuando el tiroteo en El Paso, la crisis fronteriza o la negociación del T-MEC, pero México urge por una figura presidencial que entienda que gobernar no sólo es atender necesidades dentro de nuestro territorio. Ésa es una cualidad que identifica también a un demócrata.

Comparte en Redes Sociales