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#ConLaVidaNo

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

 

Inhumano el ahorro en el sector salud. Consecuencias para todos los frentes por este control de gastos. Corrupción en el manejo del dinero que sí fluye. Fueron algunas de las denuncias de Germán Martínez en su carta de renuncia. El siguiente caso, que presenté ayer en Imagen Televisión, es ejemplo claro de esto:

Ciria Robles tiene 73 años, padece una hernia abdominal que la ha llevado 14 veces al quirófano sin que hasta hoy tenga mejoría. Es derechohabiente de la Clínica 94 de San Juan de Aragón. Requiere la colocación de una malla adecuada para darle sostén a sus intestinos, pero el proceso para esto se ha convertido en otro padecimiento: “No me quisieron atender porque me negué a firmar una hoja en blanco, se lavaron las manos y me mandaron en una ambulancia a La Raza, porque, según ahí, son especialidades...”, le comentó a Abraham Nava, reportero de la emisión. Detalló que la hoja que le pidieron firmar era para librarlos de toda responsabilidad a consecuencia de una cirugía que tenía programada. Pero requirió una operación de emergencia, la malla que tenía no fue la indicada y se rompió, le dijeron que si quería una malla más grande tendría que comprarla de su bolsa: “Me dijeron que costaba de 30 mil a 40 mil pesos. Yo soy una persona jubilada y tengo una pensión de dos mil 800 pesos...”, comentó. Esa necesaria cirugía no se realizó, hace unos días acudió a su cita a las 8 de la mañana en el hospital de La Raza, tras más de diez horas de espera, le dijeron que no sería atendida, pues sólo disponían de nueve camas y todas eran para servicio de urgencias. Su cirugía fue cancelada de nuevo, en la hoja de alta los médicos anotaron que “no se contaba con el material pertinente para la realización del procedimiento quirúrgico en la unidad...”. Ciria tiene una nueva cita el próximo 28 de mayo. Hasta entonces la acompañará la incertidumbre, pues nada le asegura que esta vez sí será atendida.

El derecho a la salud es lo primero que un Estado debe garantizar. Las razones por las que Martínez Cázares dejó la dirección del IMSS están claramente retratadas en el caso que narramos. Aun así, el presidente López Obrador sigue su marcha y apoya la labor que se hace en Hacienda. Esto, a pesar de que el manejo y el control de los recursos en el sector salud afectan ya a 24 estados del país. Algunos sufren insuficiencia de medicamentos o los tienen, pero no hay manera de distribuirlos; otros padecen falta de personal médico y administrativo; unos más, de infraestructura y mobiliario. El IMSS cuenta con 0.69 camas por cada mil habitantes, cuando lo recomendado por la OCDE es de 4.7 camas por cada mil personas. Y los directamente afectados son los miles o millones de personas que esperan desde la atención por un resfriado común hasta una cirugía de trasplante. Son vidas que están en riesgo y no tendrían por qué.

Ayer mismo se publicó en este diario que, por orden de la Secretaría de Salud, pasantes de medicina y enfermería recibirán media beca a partir del próximo mes de agosto. Mientras que alumnos de las carreras de odontología, nutrición y psicología ya no serán acreedores a este apoyo. Un riesgo en el sector salud no sólo en el presente, sino también con visión a futuro.

Zoé Robledo fue anunciado como nuevo director del IMSS, entre sus primeras acciones estuvo reunirse con el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa. Su capacidad para el diálogo y su amplio conocimiento en temas de derechos humanos, pero también su formación académica y su solidez intelectual, son su carta de presentación. Lo colocan a la altura del reto que hoy tiene enfrente: las riendas de una institución de la que dependen miles de vidas.

 

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