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#19S: ellos y nosotros

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

Que las desgracias no sean la única razón para mostrarnos unidos, pero hay que seguir juntos. Los ciudadanos hemos demostrado, una y otra vez, nuestra capacidad para organizarnos, para ayudar al otro en momentos de necesidad y emergencia.

La jornada del macrosimulacro de ayer así nos lo recordó. Todos cooperando y siendo partícipes de escenarios que quisiéramos nunca llegaran, pero que entendemos que podrían llegar.

Hace un año, las vidas perdidas agotaron todas las esperanzas, incluso en Álvaro Obregón se extendió el plazo de 72 horas para la búsqueda de vida bajo los escombros.

Los ciudadanos ahí estuvimos, aquí estamos, en alerta permanente, dispuestos siempre a tendernos la mano.

Sin embargo, muy detrás de la sociedad están nuestros gobernantes. Doce meses después de los sismos, ¿cuántos responsables han recibido castigo?, ¿cuántos colapsos de edificios están debidamente documentados?, ¿cuántas investigaciones avanzan a la velocidad de los reclamos, de la exigencia de justicia?

No sabemos dónde está la directora del Colegio Rébsamen; el expediente de Álvaro Obregón 286 es confidencial; ingenieros responsables de edificios colapsados hoy continúan en el ejercicio de su profesión. Peor aún, damnificados esperan una respuesta de quienes les prometieron ayuda, de quienes tenían que dársela. Millones de pesos con destino incierto. O con destino puesto en un papel, pero que en la realidad llegaron a otros bolsillos. Tarjetas bancarias entregadas, pero a las que jamás se les depositó un centavo. Ciudadanos a los que ni siquiera se les tomó dato alguno.

Las autoridades son las primeras en llegar a las conmemoraciones, pero las últimas en llegar a una emergencia. A un año del 19-S, incluso organizaciones internacionales y celebridades –del showbiz y los deportes–  que impulsaron movimientos de apoyo, han dado muestra de lo que significa la transparencia. Gael y Diego, Salma Hayek, Juanpa Zurita, Ana de la Reguera y tantos más. Han detallado cuánto y cómo se gastaron lo recaudado, cada uno por su cuenta, pero, ¿y nuestras autoridades?

Hasta el “bien intencionado” fideicomiso de Morena levanta dudas.

Ni un solo funcionario que haya vivido el 19-S de 2017 puede presumir que verdaderamente reaccionó a la altura de la emergencia. Incluso, a 33 años, aún hay damnificados del sismo de 1985. Fueron los ciudadanos quienes se organizaron, quienes llevaron alimentos, quienes levantaron escombros. Los ciudadanos dieron los primeros pasos. La sociedad jamás quedó a deber. ¿Y ellos?

Nuestra capacidad de resiliencia está siempre presente, siempre dispuesta. La promesa de una nueva manera de ejercer la función pública tiene ahí una prueba: la de responder a la exigencia ciudadana, la de transparentar los cuántos y los cómo, la de ser quien llegue primero, escuchar, cumplir, castigar a responsables de vidas perdidas por omisiones y corrupción.

“En México tiembla cada de que no hay oportunidades para los jóvenes, cada que nos cierran una puerta; en México tiembla cada que las oportunidades son menos para las mujeres que para los hombres; en México tiembla cuando hay corrupción; no solamente los desastres naturales hacen que tiemble la tierra...”, lo dice Eduardo Zárate, a quien vimos sobre su silla de ruedas ayudando en labores de rescate tras el 19-S.

Con él, tantos agentes de cambio que descubrimos a causa de una tragedia. Eso es México.

Esperemos que pronto los funcionarios de este país estén a su altura. Porque ya demostramos el poder que tiene nuestro voto en las urnas, podemos volver a hacerlo.

Si se empeñan en la lejanía con la ciudadanía no harán si no ahondar la brecha que hay entre ellos, los políticos y, nosotros, la ciudadanía.

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