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Sí a Jonathan Heath en Banxico

Viridiana Ríos

Viridiana Ríos

Me declaro muy fan de que se convierta en subgobernador por muchas razones, pero una destaca de entre todas ellas, y es que me parece que el doctor Heath es uno de los pocos economistas que tienen una abierta postura progresista sin perder por ello su elegancia técnica.

Jonathan Heath es técnicamente impecable. Con estudios doctorales en Economía por la Universidad de Pensilvania, es un reconocido economista con más de 30 años de experiencia en el análisis de indicadores macroeconómicos. Su trayectoria lo ha llevado a trabajar, tanto en gobierno como en iniciativa privada y, desde hace varios años, de forma independiente.

Como economista independiente ha sido un miembro activo del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) y, además, un muy leído columnista en la sección de finanzas. Ha sido en parte por su liderazgo y confianza que el IMEF ha logrado posicionar sus indicadores como algunos de los más respetados, y sus predicciones de la economía mexicana como un referente nacional e internacional. El trabajo de Jonathan Heath como economista independiente me parece uno de los ingredientes más críticos para comprender quién es él y cómo podría ser como potencial subgobernador. Él se ha forjado de forma notoriamente exitosa sin depender del sueldo constante o nombre de una sola institución, sino solamente de su propio talento. Ello le ha permitido tener y desarrollar una personalidad fresca, sin tapujos y mucho más crítica del statu quo.

A diferencia de economistas que temen exponerse a represalias por parte de las instituciones para las que trabajan, él tiene una crítica aguda de la realidad mexicana contemporánea. El ser independiente le ha dado una capacidad única, que raramente se presenta en otros economistas de su talla para, con completa autonomía, criticar y llamar a cuentas al dogma y al poder.

Él, por ejemplo, fue una de las pocas voces que, con base en análisis técnicos sólidos, se atrevió a cuestionar la validez de un famoso estudio de Banxico que, “con supuestos fantasiosos” (como Jonathan los llamó) alertaba sobre la posible catástrofe inflacionaria que emergería si se subiera el salario mínimo en México. Heath leyó con detenimiento el estudio de Banxico y concluyó que el dogma de algunos tomadores de decisiones dentro de éste se había impuesto a su razón. Lo que Banxico concluía, en ese desafortunado estudio, era por demás exagerado e, incluso, Heath cuestionó que parecía que se habían escrito las conclusiones antes de realizar el estudio.

El resto es historia y justo ésta le dio la razón a Heath años después, cuando subió el salario mínimo y ninguna de las catástrofes supuestamente predichas por el Banco de México se hizo realidad. La inflación, si bien cabe la posibilidad de que se vio afectada, no lo hizo ni remotamente de la forma en la que Banxico lo había estimado.

Esto no significa que Heath escatime en reconocer el trabajo de Banxico. En repetidas ocasiones ha mencionado que tiene de depositarios a los mejores economistas del país. Esto sólo significa que algo bueno sucederá dentro del Banco si Jonathan es parte: se cuestionarán los supuestos, se debatirá un poco más y probablemente se logre una posición un poco menos dogmática.

Heath ha sido una voz crítica del aumento de gastos superfluos dentro de la administración pública, del crecimiento de la deuda pública sin que se haya incrementado la capacidad del Estado por dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos, de la corrupción del régimen del supuesto nuevo PRI, y es un vocal promotor de la creación de un Consejo Fiscal Independiente que permita hacer un contrapeso a la Secretaría de Hacienda en la determinación del presupuesto de egresos.

Su objetividad es notoria. En contracorriente a lo que mencionaba en los círculos más conservadores, él fue vocal en identificar cómo la plataforma de Ricardo Anaya tenía algunas propuestas que resultarían insostenibles para las finanzas públicas. Sobre AMLO ha expresado dudas objetivas, pero ha rechazado el temor infundado de la “venezualización” de México.

Heath es un reconocido técnico y teórico de la macroeconomía, cuyos acertados análisis han servido como termómetro de la realidad económica del país desde muchas trincheras. Ahora, probablemente le tocará hacerlo desde Banxico. Esta es una muy buena noticia para México, y lo debe ser también para el Banco. Banxico necesita alguien como él, un excelente economista que tiene claro que este país tiene que cambiar. Un traductor exquisito de conceptos técnicos. Alguien que ha logrado llevar la macroeconomía a los tomadores de decisiones mediante proyectos como el IMEF. Y, sobre todo, alguien que no tenga miedo en mirar al poder a los ojos y que no haya sido domado por años dentro de la institución. Sólo así se lograrán cambios verdaderamente innovadores.

 

Doctora en Gobierno por la Universidad de Harvard

Twitter: @Viri_Rios

 

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