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El 2024, el obradorismo, la Cuarta Transformación y Morena

Ricardo Peralta Saucedo

Ricardo Peralta Saucedo

México correcto, no corrupto

En un acto por demás simbólico, por haberse celebrado en la capital de la entidad con mayor número de electores de la lista nominal y donde se registra también uno de los retos electorales, casi tan importantes como el que significó el 2018, porque el Estado de México significa arrebatar el poder dos veces al PRI, la primera fue en el 2018. Aunque se han ganado entidades federativas con una notable participación ciudadana, como lo es el caso de Hidalgo, donde Julio Menchaca ganó por más del 61%, dando así fin a 93 años de gobiernos sin alternancia, el priismo tradicional y que ha tenido el gobierno del Estado de México de Isidro Fabela a la fecha. El Estado de México cuenta con poco más de 16 millones 900 mil habitantes y con poco más de 12 millones de personas en la lista nominal; el PRI gobierna 48 de los 125 municipios, mientras que Morena tiene 27; Acción Nacional, 20, y el PRD, 11; el Partido Verde y Movimiento Ciudadano, con 6 ayuntamientos cada uno; el Partido del Trabajo, con 3; Fuerza por México, 2; RSP y el PES con 1 cada uno. 

 El Estado de México y la Ciudad de México son territorios fundamentales para el 24, el primero que nunca se ha ganado y el segundo que nunca había estado con tal riesgo de perderse, pues la oposición gobierna 9 de las 16 alcaldías, que por lo menos en este territorio no se vio desfavorecida por los motivos que hayan sido, señalo cuando menos tres: mismos actores políticos, simpatizantes y militantes desencantados y discursos monótonos. 

 Se dieron cita principalmente aspirantes a la Presidencia de la República, al gobierno del Estado de México, al de Coahuila, y fueron acompañados por casi todos los gobernadores y gobernadoras de Morena y aliados. 

 De todos los asistentes, ¿quiénes son los que realmente se identifican con el obradorismo?, ¿quiénes con el pensamiento del Presidente en su parte más objetiva, práctica y de idiosincrasia institucional?, ¿quiénes otros realmente darán continuidad a la 4T?, que puede traducirse en el quebrantamiento del orden jurídico, político, económico y social de la vida institucional del país, por encima de intereses de personas y de grupos, y el rompimiento con el poder económico como accionista; ¿y quiénes ven a Morena únicamente como la marca que pesa por la identidad que le ha impulsado su líder moral máximo y no con una identidad filosófica e institucional a la que se le debe disciplina y respeto? 

Si bien es cierto que se logró hacer un evento donde el único referente que unió a los asistentes es el presidente López Obrador, se desea que, al momento de las definiciones, por los métodos que el partido determine, todos los asistentes, de igual forma, refrenden a quienes sean los elegibles en un acto de convocatoria donde la disciplina, la lealtad y el respeto se sientan de nueva cuenta, ahí se verá quiénes tienen oficio político. 

 Aunque pareciera lo mismo, el obradorismo, la Cuarta Transformación y Morena tienen diversas percepciones y simpatías según la región del país y dentro, incluso, de cada entidad federativa, por lo que la sensibilidad política local debe priorizarse para mantener esa unidad. Nunca se deja de aprender en política, aun los más avezados y talentosos requieren refrescar sus conceptos y prácticas, la suma ya dio muy buenos resultados, y la exclusión arrojó los suyos, y aunque la oposición prácticamente esté extinta, aun con sus problemas de percepción aritmética, no hay enemigo pequeño y los enanos crecen; otros, hasta de estatura, siempre serán liliputienses. 

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