Logo de Excélsior                                                        

A chillidos de marrano, oídos de chicharronero

Ricardo Peralta Saucedo

Ricardo Peralta Saucedo

México correcto, no corrupto

Sin duda, la sabiduría popular ha creado una guía para ostentar o denostar conductas de algunos mexicanos a manera de sentencia.

Los refranes son el resultado del mestizaje colonial y la idiosincrasia consuetudinaria. Resultan algunos tan idóneos en la descripción de hechos actuales, que hasta para cierta audiencia no son interpretables, ya sea por su inocencia, ingenuidad o franca y evidente ignorancia. Los refranes son nuestros sabios proverbios mexicanos.

El refrán o dicho es una idea “aguda y de sentencioso uso común”, un texto que anda de boca en boca de todos, y no necesariamente de las élites de este país.

Empecemos con algunos que pueden aplicarse metafóricamente sobre la coyuntura nacional del momento.

 

¿Por qué existen en México personajes de anteriores gobiernos opinando sobre política, cuando carecen de autoridad moral y resultados para hacerlo? ¿Por qué muchos personajes siguen curándose en salud sobre las relaciones personales que tuvieron con ciertos funcionarios en el pasado? Porque “el que se quemó con leche hasta al jocoque le sopla”.

 

El pueblo aplaude y está orgulloso de tener un gobierno honesto y leal. Estos son los gobernantes que se esperaban desde hace muchas décadas, líderes que por fin den resultados y se responsabilicen de sus cargos. “El que cacao siembra cacao cosecha, siempre que el terreno sea bueno”.

En México, se percibe un ambiente sin corrupción en el gobierno, como nunca antes. La lucha seguirá siendo frontal contra la impunidad que se tenía en el pasado; mejor portarse bien. “Al paso de la carreta se acomodan las calabazas”.

 

Genaro García Luna —exsecretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón— está enfrentando un proceso judicial, no hay que olvidar para quién trabajó y dónde está. “Dime con quién andas y te diré quién eres”.

 

Hay un Presidente del pueblo, Andrés Manuel López Obrador, que atiende personalmente a los más necesitados y vulnerables, es un líder humanista y sensible. “El que a buen árbol se arrima buena sombra le cobija”.

Gobernar a punta de refranes no nos disminuye, nos enriquece. Es importante recordar que los refranes son —según la literatura al respecto— “ideas encapsuladas en dichos, que funcionan como pequeñas dosis de saber”. Particularmente, Miguel de Cervantes Saavedra los utilizaba como un recurso lingüístico que rompía la monotonía del discurso.

Cada mañana vemos esta práctica puesta en marcha; cómo el dirigente del gobierno de México rompe con la monotonía de los discursos para dirigir a todos, al pueblo, a los que se levantan temprano a trabajar y que escuchan cómo se rinden cuentas todos los días.

 

Por eso, a los que creemos en la Cuarta Transformación de nuestro país, les recomiendo —frente a las habladurías de los malquerientes— “a chillidos de marrano, oídos de chicharronero”.

Comparte en Redes Sociales