Presidente irresponsable y culpable
Un ejemplo inmediato es la campaña en contra la ministra presidenta
La violencia verbal de líderes políticos inevitablemente desemboca en violencia física (incluso letal) entre los partidarios de unos y otros. Eso es lo que está sucediendo en México. El gran promotor de la violencia es el Presidente de la República. Su conducta es irresponsable e inaceptable.
- Un ejemplo inmediato es la campaña que ha lanzado contra la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña. Primero la ninguneó descortésmente en eventos cívicos. Luego la acusó de ser parte de actos contra su gobierno al afirmar que apoyaba posturas “conservadoras” en las determinaciones sobre diversos casos ante la Corte. Continuando con su campaña versus la SCJN, lanzó a sus partidarios a intimidar a la ministra presidenta Piña y su familia.
Amenazas e intimidaciones que inician en la boca del Presidente y activan a fanáticos que recuerdan a los partidarios de Hitler atacando a ciudadanos judíos en Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial, preparando el terreno para el Holocausto. Parece ser absolutamente pertinente brincar de la actualidad mexicana y compararla con la Alemania de Hitler, porque AMLO emplea las mismas tácticas que usaba el político alemán en su momento.
La estrategia es esencialmente eternizarse en el poder por vía de la intimidación, la violencia verbal y, luego, la violencia física. Es lo que hizo Hitler y es lo que pretende hacer López Obrador. ¿Es exagerado afirmar esto?
México es un país que vive una situación de caos y descontrol, con la violencia como su principal característica. La violencia en sus diversas manifestaciones pulula por toda la República. El narcotráfico ha crecido de manera exponencial en este sexenio. Los homicidios dolosos han rebasado los peores pronósticos posibles: éste es el sexenio de más matazones y masacres, de más grupos de ciudadanos armados porque el gobierno no los protege, de más crecimiento de las ganancias del negocio del narcotráfico por efecto de la evolución química del mismo de drogas naturales a drogas sintéticas. Junto con ello, las Fuerzas Armadas juegan un papel de “contención pasiva” a la delincuencia organizada en general. Es decir, trata de limitar sus actividades, pero sin entrar en una dinámica de confrontación para frenar por completo el negocio. Esa política es favorable al afianzamiento del crimen organizado en gran parte del territorio nacional.
Esa actitud de pasividad gubernamental fomenta la violencia que se ejerce contra la prensa libre y los periodistas. El Presidente ataca a la prensa libre constantemente y denigra la función del periodismo crítico. No acepta nada que no sea un periodismo subordinado a su agenda. Esa actitud presidencial ha legitimado los ataques e, incluso, los asesinatos de periodistas en todo el territorio nacional. El periodismo mexicano se encuentra bañado en sangre y en una situación de luto permanente, tocado también por una impunidad alarmante. El ataque al periodismo parece tener un implícito apoyo de la autoridad, considerando que el Presidente sigue en su campaña verbal contra el periodismo crítico.
El fenómeno doloroso de los desaparecidos es otra expresión de violencia, impunidad y posible complicidad de la autoridad. Los familiares buscadores, mayormente mujeres, se han convertido en un símbolo del sufrimiento más hondo del pueblo de México. La desaparición, especialmente de hijas, aunque también hay hombres desaparecidos, se vincula a redes de trata de personas, prostitución y, grotescamente, del tráfico de órganos. Ahora el crimen ataca no sólo a las personas jóvenes, sino también a las buscadoras. Madres buscadoras han sido asesinadas por el simple hecho de insistir en encontrar la verdad sobre la desaparición de sus seres queridos. Muchas de las pistas indican la complicidad entre criminales y autoridades.
Migrantes y la masificación de la violencia es otra característica del México contemporáneo. Y como lo demostró el incendio y muerte de migrantes detenidos en una estación de la Secretaría de Gobernación en Ciudad Juárez, la violencia contra indocumentados en México por partida doble entre elementos criminales y autoridades. La violencia sistémica acompaña a los migrantes mientras tratan de cruzar el territorio nacional, de sur a norte.
- En todo esto el Presidente es responsable como autoridad, puesto que su conducta es absolutamente irresponsable. Fomenta deliberadamente la violencia en México pensando, como Hitler, que esa polarización generalizada es su camino más seguro para seguir en el poder más allá de lo que indica el mandato sexenal.
